Voluntarios de Santiago, 222004. - Huesca (Huesca)
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"El castillo de Loarre es una de las fortalezas más importantes y mejor conservadas"
En el fondo de la acusada depresión se encuentra Huesca, con la impresionante imagen de la brecha de Roldán al fondo preludio de un espacio patrimonio de las montañas.
Huesca es una ciudad tranquila centrada en la Administración, la prestación de servicios y el comercio. Entre los lugares más emblemáticos, el parque, con numerosas especies arbóreas de interés y con las pajaritas – monumento levantado por el artista Ramón Acín que se ha convertido en un símbolo de la ciudad - . Los Porches de Galicia, donde se cruzan el Coso Alto y el Coso Bajo, son el punto neurálgico y muy próxima la plaza de Navarra, con el imponente casino modernista y la fuente de las musas. El casco viejo concentra las construcciones más monumentales, con la catedral, el Museo Diocesano y el Ayuntamiento. La catedral, de estilo gótico, se levantó entre los siglos XIII y XIV.
En ella destacan la portada central, el retablo del Altar Mayor, de estilo renacentista y el coro del siglo XVI. Junto a ella, se encuentra el Museo Diocesano con una interesante colección de piezas de arte religioso, entre las que sobresale el retablo que perteneció a la abadía de Montearagón, restos de dos claustros y el salón del Monta Tanto, lema simbólico de Fernando el Católico. Otros edificios de interés son la iglesia del convento de San Miguel, entre el románico y el gótico, el Ayuntamiento, renacentista, y el actual Museo Provincial, barroco. En dirección a Barbastro, los restos de una de las tres fortalezas del Alto Aragón, el castillo de Montearagón, dominan el horizonte.
Una de las rutas más frecuentadas por los turistas es la del Reino de los Mallos, que se extiende por Riglos, Agüero, Murillo, Loarre y Ayerbe. Los conglomerados rojizos caracterizan este territorio y alcanzan su máximo esplendor en la primera de estas localidades,
Riglos, donde constituyen un auténtico paraíso para los escaladores y, al mismo tiempo, son un buen punto de observación de rapaces. Estos impresionantes muros de piedra dejan en sombra al río Gállego, que discurre entre paredes rocosas y es un lugar idóneo para la práctica de deportes como el rafting.
Desde Huesca, si continuamos hacia el norte pronto se alcanza Arguís, con el remanso de tranquilidad que proyecta su pantano. Este recorrido puede continuar por Belsué, los pueblos deshabitados de Santa María de Belsué y Lusera, hasta llegar a Nocito, que toca el que quizás es el lado más desconocido de la Sierra de Guara. Si la dirección escogida al salir de la capital es la del Somontano, el visitante descubrirá pequeños pueblos que albergan importantes muestras arquitectónicas: los restos del castillo del Conde de Aranda y la fuente del lavadero de Siétamo, la iglesia de Angüés, el casco urbano medieval de Casbas de Huesca, que también exhibe el monasterio cisterciense de Nuestra Señora de la Gloria, Sieso, la plaza de Ibieca o la iglesia románica de Santa María del Monte en Liesa. Por el eje central de la Hoya, se sigue la vía Lata, un trayecto histórico desde la época romana. Es territorio estepario, con extensos campos de cereal.
Discurriendo por este paisaje, se llega a Gurrea de Gállego, con la iglesia románica de San Nicolás de Bari, Almudévar, con los vestigios de su castillo, la fuente de los tres caños, la iglesia y la ermita de la Virgen de la Corona. En las proximidades de Alcalá de Gurrea, con un interesante casco urbano, se puede apreciar una interesante fauna. Próximo queda el embalse de La Sotonera.
GASTRONOMÍA
La gastronomía de la Hoya de Huesca cuenta con productos tan apreciados como el queso de Sieso, la repostería y panadería de Angüés y las cerezas de Bolea. La despensa de la comarca se nutre de la caza procedente del Pirineo y otras carnes como el cordero. Miel, trufas, setas, legumbres y verduras completan este variado abanico alimenticio.
