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Maestrazgo

García Valiño, 744140. - Cantavieja (Teruel)




Información de la Comarca de Maestrazgo

Sus pueblos tienen sonoros nombres y ecos medievales. Esta comarca, al este de la provincia de Teruel, tiene al norte el río Guadalope, al oeste el valle del Alfambra y al sur el Mijares. Son tierras de las viejas órdenes militares: la mayor parte de estos pueblos pertenecieron a la Orden del Hospital de San Juan de Jerusalén y algunos ya habían pertenecido anteriormente a la Orden del Temple, que había dejado su impronta. Mucho después también fueron escenario de las guerras carlistas.

Cantavieja, a cien kilómetros de Teruel y muy próxima a Castellón, es la cabecera. Sus casas estrechas y similares entre sí configuran un urbanismo defensivo propio de la época en que el pueblo se fundó. De hecho, parte de los edificios se integran en la parte fortificada. En el centro, la plaza exhibe una casa consistorial de porte señorial. La iglesia es barroca. En la Primera Guerra Carlista, Cantavieja fue el punto desde el que el general Cabrera controlaba y gobernaba, con mano de hierro, según cuentan, el sur de Aragón y la vecina Valencia.

Ecos medievales subrayan una comarca con numerosas órdenes militares en sus pueblos

El urbanismo medieval se hace extensible a las localidades de La Iglesuela del Cid, con Ayuntamiento gótico, Mirambel, que conserva las puertas de la muralla y mantiene todo su sabor templario, con calles empedradas y viejos caserones, y Villarluengo, que se asienta sobre un terreno quebrado y que ofrece un bello entorno natural con una curiosidad, los Órganos de Montoro, rocas labradas por la erosión hasta obtener un aspecto tubular.
Al norte de la comarca queda Castellote, a la que se accede por un túnel. Hacia arriba, el castillo, de gran extensión y planta irregular, que los templarios levantaron como remate de los escarpes de roca y al pie el caserío, formado por calles con marcadas pendientes, caserones y edificios monumentales. La iglesia parroquial es gótica. Otro templo de interés es la ermita del Llovedor, sobre todo por su emplazamiento. Al pie de Castellote, se contempla el embalse de Santolea, en el que se represa el río Guadalope. Molinos es otro de los pueblos con belleza monumental en su iglesia gótica y natural, en el Pozo de San Nicolás. Pero lo más singular de esta población es La Gruta de Molinos, un conjunto de galerías con estalactitas y estalagmitas muy llamativas que se encontraron en 1961 y a finales de los setenta se acondicionaron para su visita.

Dentro de los espacios naturales más llamativos, destaca el nacimiento del río Pitarque, al que se suelen aproximar los excursionistas. Este río, cuyas aguas son muy claras y discurren entre precipicios calcáreos, va descendiendo y en su curso se topa con una antigua fábrica de papel convertida en hotel. Cerca queda una piscifactoría. Los cañones del Guadalope constituyen otro de los atractivos naturales del Maestrazgo.

Este río ya se adentra en un desfiladero nada más nacer. Rutas y senderos de gran recorrido en la comarca conducen al visitante a lugares de gran belleza, como Miravete de la Sierra o Villarroya de los Pinares.

Una de las muchas curiosidades de la comarca del Maestrazgo es el influjo que ha ejercido en los escritores. Entre ellos, destaca Pío Baroja, que ya se refirió a ella en “La Venta de Mirambel”, obra en la que reflejaba no sólo la estampa de este pueblo sino también las emociones que le suscitaba.

GASTRONOMÍA Y TRADICIONES

En el Maestrazgo se encuentra un pueblo al que hizo famoso el Quijote de Cervantes. Se trata de Tronchón, con un bonito caserío, pero sobre todo un sabrosísimo queso al que el hidalgo se refirió con pasión gastronómica. En Tronchón se encuentra la ermita barroca del Tremedal, de planta circular. Entre las tradiciones, son clásicas las hogueras a San Antón y las festividades y celebraciones como aquéllas en las que se representa la muerte del invierno y el regreso de la primavera.




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