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Cuencas Mineras

Constitución, s/n44760. - Utrillas (Teruel)




Información de la Comarca de Cuencas Mineras

Las tres venas principales de esta comarca situada en el centro de la provincia son los ríos Aguasvivas, Martín y Guadalope que abren profundos desfiladeros en sus recorridos y que desaguan en el Ebro.

Sus cursos obligan a que los enlaces entre los pueblos de la comarca sean enrevesados. La comarca es también rica en crestas rocosas, plegamientos y manchas oscuras que dejan testimonio de su pasado minero. En torno al Aguasvivas surgen poblaciones como Huesa del Común, de tradición alfarera y con un castillo al que, a modo de muralla natural, se añaden unas peñas encrespadas. Abajo, protegido, queda el casco urbano. Y en una comarca con tantas hoces no resulta extraño que uno de sus pueblos haya incorporado este aspecto geográfico a su nombre: se trata de La Hoz de la Vieja.


Los yacimientos de lignito determinaron la vida de esta comarca

En la parte norte, lindando con la provincia zaragozana, aparece Muniesa, en medio de campos de cereal y viñas. Llama la atención la torre de la iglesia, esbelta y alta como una aguja y de estilo mudéjar. El río Martín, que recorre la comarca de oeste a este, ofrece paisajes muy variados: prolíficas vegas y atractivos cañones. En esta zona se encuentra Montalbán que, aunque no es la capital política, sí es la cabecera histórica y cultural. Esta villa mantiene restos del antiguo recinto amurallado con sabor histórico y tiene a gala el haber sido citada en el Cantar del Mío Cid. Como suele ser habitual, su construcción más emblemática es la iglesia, templo mudéjar alazado sobre una base gótica levantina. Espectacular es Alcaine, pueblo defensivo asomado a un desfiladero de fuerte pendiente y próximo a un conjunto de pinturas rupestres. En ellas, se aprecian figuras humanas y destacan la de un hombre con un grupo de cabras, a modo de pastor primigenio, y la de un ciervo. Otro pueblo que resulta pintoresco es Obón, con su entorno abrupto y su arquitectura tradicional.

Desde Obón y tras una excursión en la que además se disfruta de la belleza natural del entorno se accede también a dos abrigos de pinturas rupestres: las del Hocino de Chornas y El Cerrao. Entre los dos pueblos, Obón y Alcaine, surge un entorno natural de gran belleza, las Foces del Martín. Entre el Martín y el Guadalope se dan la mano los pueblos mineros que dan nombre a la comarca. En Utrillas, la capital administrativa de la comarca, la minería se convierte en hito paisajístico. El monumento al minero, las casas en las que se alojaron los trabajadores y las manchas oscuras recuerdan al carbón, que fue con su explotación el que provocó el aumento demográfico –después llegó la regresión- y la llegada del ferrocarril. La línea que enlazaba Utrillas y Zaragoza y que servía sobre todo para el transporte del lignito fue inaugurada en 1904 y desmantelada en 1966. Vinculada a la cuenca del Guadalope, aparece Aliaga, rodeada de rocas caprichosas y quebradas. En la central térmica de esta localidad, ya clausurada, se aprovechaban los lignitos de las minas turolenses. Aliaga dispone de un Centro de Interpretación de la Minería, en el barrio de Santa Bárbara, en el que se detallan estos y otros aspectos de la labor minera en estas tierras. Pero, sin duda, la principal seña de identidad de Aliaga es su atormentada orografía, que la ha acabado convirtiendo en un parque geológico capaz de despertar interés en toda Europa a juzgar por las abundantes visitas que recibe.

A orillas de otro curso fluvial, el Jarque, se sitúa un conjunto de cinco pueblos separados por escasos kilómetros. Son Mezquita de Jarque, Cuevas de Almudén, Jarque de la Val e Hinojosa de Jarque. Estos núcleos mantienen aspectos comunes, como los emplazamientos, y similares edificios consistoriales -todos ellos de gran belleza-. Hinojosa es, además, un auténtico parque escultórico, con numerosas piezas, figurativas o no, distribuidas por calles, caminos y campos.

GASTRONOMÍA

Dentro de la gastronomía propia, es famoso el somarro, que es pierna de oveja o de cabra secada al aire. Otro producto estrella es el ternasco, criado exclusivamente por los ganaderos de la zona. Entre los primeros platos, sobresalen los potajes, los “pucheros” o las sopas de ajo, además de los entremeses con embutidos de la tierra. No es tierra abundante en verduras, pero se crían sabrosas borrajas, cardo y bisaltos. Para acompañar, es muy recomendable un vino de Muniesa o de La Hoz de la Vieja. Como postre, mostillo, hecho con agua de miel o vino, frutas y almendras del lugar o la tradicional sopeta: pan remojado con vino tinto y azúcar.



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