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Valdejalón

Avenida Laviaga Castillo, 750100. - La Almunia de Doña Godina (Zaragoza)




Información de la Comarca de Valdejalón

La comarca de Valdejalón se extiende, como su nombre indica, por el valle medio y bajo del río Jalón, cerca de su desembocadura en el Ebro. Es un terreno llano, con algunas elevaciones mayores en la periferia y una vega frondosa de huertas y de frutales en medio de montes deforestados. El Jalón se abre primero camino por los desfiladeros de Las Torcas, entre Morata de Jalón y Ricla, para después descender hacia el Ebro después de regar la huerta y los frutales. El río Grío, que recoge las aguas de la cara norte de la sierra de Algairén y entrega su cauce al Jalón cerca de La Almunia de Doña Godina, recorre también parte de la comarca. A él se vincula Santa Cruz de Grío, un pueblo con un ambiente serrano que lo diferencia del resto de los municipios de Valdejalón. La zona en la que hoy se asienta la comarca ha estado poblada desde tiempos muy remotos, como lo atestiguan los yacimientos de Épila, Rueda de Jalón, Calatorao o Cabañas. Otro elemento característico de estos pueblos son los castillos, alguno de ellos construcciones musulmanas en un inicio, aunque con modificaciones cristianas en cualquier caso. Es el caso del castillo de Rueda de Jalón, uno de los más espectaculares de Aragón. La torre se alza coronando un espolón de yeso. Esta fortaleza sirvió de morada al rey musulmán de Zaragoza, expulsado tras la conquista de la ciudad. La panorámica desde este punto es espectacular, con el contraste de la vega reverdeante hacia el Ebro y los montículos de aspecto desértico.

"Su vega frondosa de huertas y frutales se extiende en toda la comarca

De la época árabe quedan también un buen número de obras hidráulicas, como azudes, acequias y norias. Estas tierras fueron asignadas a las órdenes militares, Santo Sepulcro y San Juan del Hospital, y a señores feudales que después recibieron tratamiento nobiliario. Las órdenes militares repoblaron sus posesiones con cristianos, mientras que los señores lo hicieron fundamentalmente con musulmanes. También existió población judía. En suma, una sucesión de culturas que dejó un importante legado: las calles estrechas y los callejones ciegos de Plasencia de Jalón o Santa Cruz de Grío, enmarañadas y sin lógica racionalista, como en Almonacid de la Sierra, los arcos de Urrea de Jalón o las calles rectas y largas con edificios de los siglos XVII y XVIII de Morata de Jalón, Lumpiaque y Bardallur. En medio de ese urbanismo, plazas singulares como la de los Obispos de La Almunia de Doña Godina, Chodes o Morata de Jalón. En calles y plazas pueden admirarse aún algunos palacios y casonas: La Almunia de Doña Gonina, Épila, Calatorao, Urrea de Jalón o Ricla conservan varios, algunos blasonados. En contraste con estos conjuntos, en varias localidades de la comarca, sobre todo en Rueda de Jalón y Épila, hay cuevas vivienda excavadas aprovechando la roca blanda. Solían formar barrios enteros al pie de los cabezos y tenían modestas fachadas y llamativas chimeneas. Ofrecen una imagen sugestiva, que todavía debía de ser mayor antaño en los días invernales, cuando estaban habitadas y las chimeneas humeaban. Las iglesias dominan todo el conjunto urbano de los pueblos de Valdejalón. Las hay góticas tardías, como las de Alpartir, La Muela y Rueda de Jalón y algunas barrocas o posteriores. Como no podía ser de otra manera, el mudéjar dejó su particular huella en la comarca, por ejemplo, en la torre de la iglesia parroquial de Ricla, un altísimo campanario de ladrillo, en su primera parte de planta cuadrada y después octogonal. Hay más torres mudéjares en La Almunia de Doña Godina, Salillas de Jalón y Lumpiaque. Las ermitas románicas, pequeños edificios que en su tiempo constituirían la iglesia de algún pueblo abandonado, tienen un gran valor: San Bartolomé, en Bardallur, la Magdalena, en Épila, o la Virgen de Cabañas, en La Almunia de Doña Godina. Esta última conserva un alfarje mudéjar y una decoración mural de gran atractivo.

EL YESO Y LA PIEDRA DE CALATORAO Este material que caracteriza el paisaje es también un apreciado material de construcción en la historia de la arquitectura aragonesa. Se ha empleado para levantar muros, tallar relieves decorativos o decorar ventanas ajimezadas. El yeso es muy abundante en toda la región, sobre todo en el valle del Ebro y en zonas del Jalón y del Jiloca. Para fabricarlo, se extraía piedra que se hacía arder. Después se trituraban los cantos y se cribaban. Entonces el yeso quedaba listo para su uso arquitectónico. Muy apreciada es también la piedra de Calatorao, una piedra oscura que se extrae de las canteras próximas a la localidad. Parece ser que ya los romanos y los árabes valoraban sus cualidades y la explotaban. Se ha utilizado, entre otros muchos lugares, en la estación intermodal de Zaragoza y, por supuesto, abundantemente en las localidades de la comarca.



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Municipios de Valdejalón