Avenida Laviaga Castillo, 750100. - La Almunia de Doña Godina (Zaragoza)
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"Su vega frondosa de huertas y frutales se extiende en toda la comarca
De la época árabe quedan también un buen número de obras hidráulicas, como azudes, acequias y norias. Estas tierras fueron asignadas a las órdenes militares, Santo Sepulcro y San Juan del Hospital, y a señores feudales que después recibieron tratamiento nobiliario. Las órdenes militares repoblaron sus posesiones con cristianos, mientras que los señores lo hicieron fundamentalmente con musulmanes. También existió población judía. En suma, una sucesión de culturas que dejó un importante legado: las calles estrechas y los callejones ciegos de Plasencia de Jalón o Santa Cruz de Grío, enmarañadas y sin lógica racionalista, como en Almonacid de la Sierra, los arcos de Urrea de Jalón o las calles rectas y largas con edificios de los siglos XVII y XVIII de Morata de Jalón, Lumpiaque y Bardallur. En medio de ese urbanismo, plazas singulares como la de los Obispos de La Almunia de Doña Godina, Chodes o Morata de Jalón. En calles y plazas pueden admirarse aún algunos palacios y casonas: La Almunia de Doña Gonina, Épila, Calatorao, Urrea de Jalón o Ricla conservan varios, algunos blasonados. En contraste con estos conjuntos, en varias localidades de la comarca, sobre todo en Rueda de Jalón y Épila, hay cuevas vivienda excavadas aprovechando la roca blanda. Solían formar barrios enteros al pie de los cabezos y tenían modestas fachadas y llamativas chimeneas. Ofrecen una imagen sugestiva, que todavía debía de ser mayor antaño en los días invernales, cuando estaban habitadas y las chimeneas humeaban. Las iglesias dominan todo el conjunto urbano de los pueblos de Valdejalón. Las hay góticas tardías, como las de Alpartir, La Muela y Rueda de Jalón y algunas barrocas o posteriores. Como no podía ser de otra manera, el mudéjar dejó su particular huella en la comarca, por ejemplo, en la torre de la iglesia parroquial de Ricla, un altísimo campanario de ladrillo, en su primera parte de planta cuadrada y después octogonal. Hay más torres mudéjares en La Almunia de Doña Godina, Salillas de Jalón y Lumpiaque. Las ermitas románicas, pequeños edificios que en su tiempo constituirían la iglesia de algún pueblo abandonado, tienen un gran valor: San Bartolomé, en Bardallur, la Magdalena, en Épila, o la Virgen de Cabañas, en La Almunia de Doña Godina. Esta última conserva un alfarje mudéjar y una decoración mural de gran atractivo.
EL YESO Y LA PIEDRA DE CALATORAO Este material que caracteriza el paisaje es también un apreciado material de construcción en la historia de la arquitectura aragonesa. Se ha empleado para levantar muros, tallar relieves decorativos o decorar ventanas ajimezadas. El yeso es muy abundante en toda la región, sobre todo en el valle del Ebro y en zonas del Jalón y del Jiloca. Para fabricarlo, se extraía piedra que se hacía arder. Después se trituraban los cantos y se cribaban. Entonces el yeso quedaba listo para su uso arquitectónico. Muy apreciada es también la piedra de Calatorao, una piedra oscura que se extrae de las canteras próximas a la localidad. Parece ser que ya los romanos y los árabes valoraban sus cualidades y la explotaban. Se ha utilizado, entre otros muchos lugares, en la estación intermodal de Zaragoza y, por supuesto, abundantemente en las localidades de la comarca.