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Sierra De Albarracín

Catedral, 544100. - Albarracín (Teruel)




Información de la Comarca de Sierra De Albarracín

En el extremo sureste de Aragón se encuentra esta comarca de pueblos con enclaves espectaculares. A ello contribuye la altitud a la que se encuentran, ya que es ésta una comarca montañosa, dentro de la sierra de la que toma nombre y a su vez en el marco del Sistema Ibérico turolense. Dolinas y cañones se alternan en este terreno calizo. Así se crean enormes oquedades rocosas dolinas en forma de embudo que, a veces, alcanzan cientos de metros de diámetro. Las más grandiosas se encuentran en Villar del Cobo. En Pozondón y en Frías se pueden contemplar otras dolinas con forma de pozo. En cuanto a los cañones, son especialmente llamativos en el río Guadalaviar y el del río de la Fuente del Berro. En Albarracín todo es posible, hasta los ríos de piedras, un espectáculo geológico digno de contemplación que se encuentra en los montes de Orihuela, junto a la carretera que va a Griegos y a Noguera y en medio de un pinar. No se trata del cauce seco de un río, sino de una acumulación de bloques que se formaron por la acción del hielo en la roca que, cuarteada, se deslizó por la ladera.

La comarca de Albarracín tiene hondas raíces históricas, ya que fue uno de los cuatro territorios que originariamente formó el sur de Aragón durante la Baja Edad Media. La cabecera es la ciudad de Albarracín, cuya belleza ha trascendido los límites regionales y ha sido considerada en alguna ocasión como la localidad más bella de España. Albarracín se sitúa en lo alto de una roca, protegida por el abrazo del Guadalaviar que dibuja en este punto un meandro y flanqueada en su lado más débil por una poderosa muralla. La ciudad se alza a 1.170 metros de altitud y fue declarada Monumento Nacional. Además de la espectacular imagen que ofrece en su globalidad y del milagro de su fusión con el entorno, su casco urbano, con los tejados, las calles, los edificios apretados… completan un conjunto que mantiene una gran armonía. Consciente de todo su patrimonio cultural, Albarracín es el centro neurálgico de un gran elenco de actividades culturales que se desarrollan a lo largo de todo el año. Mucho ha tenido que ver en ello y también en las actuaciones para proteger de la ruina a numerosos edificios la Fundación Santa María de Albarracín. La catedral, gótico levantina y con interesantes retablos, el Palacio Episcopal y el Museo Diocesano son algunos de los innumerables puntos de interés.

En el norte de la comarca se encuentran un grupo de pueblos de tradición turística, como Bronchales, con buenos pinares, Orihuela del Tremedal con una bella iglesia y destacado trabajo de forja en las rejas de los edificios o Pozondón, rodeado de dolinas.

En la parte sur de la comarca, aparecen pueblos como Jabaloyas, con edificios con buena cantería -destaca uno decorado con una sirena- o Valdecuenca y Saldón, entre grandes sabinas. En esta zona meridional, en concreto entre Albarracín y Bezas, se emplaza el Paisaje Protegido de los Pinares de Rodeno, el primer enclave de Aragón con esta figura de protección. La comarca de Albarracín reúne una gran cantidad de abrigos de pinturas rupestres. Se dividen en cuatro grupos: El Rodeno de Albarracín, el Prado de Tormón, las Tajadas de Bezas y, Ligros, Pajarero y Olivianas de Albarracín. Son pinturas correspondientes al arte rupestre levantino en las que abundan las figuras de personas y animales (toros y ciervos).

ECONOMÍA

La ganadería fue la impulsora de la economía tradicional en tierras de Albarracín. Todavía hoy muchas familias viven del ganado lanar. Los ganaderos practican la trashumancia, una actividad en regresión, y conducen sus rebaños de los pastos de la sierra, donde pasan el verano, a los extremos (Valencia, a veces Murcia, el Campo de Calatrava, Jaén, Córdoba…), donde permanecen en invierno. En Guadalaviar hay un Museo dedicado a la Trashumancia, donde se da cuenta de esta actividad.

GASTRONOMÍA Y TRADICIONES

Todos estos pueblos sienten una gran afición por los toros, que nunca faltan en las fiestas mayores. Se organizan encierros y los toros corren por las calles, como sucede en Guadalaviar. En este pueblo se elabora también un gazpacho singular, con una torta gazpachera –pan sin levadura como ingrediente principal, que se fríe troceada en una gran sartén y mezclada con panceta, patata y algo de caza. De Albarracín son famosos sus mayos, una antigua tradición que se extiende por la sierra e incluso alcanza a algunos pueblos de zonas limítrofes como Cuenca y Guadalajara. El primer día de este mes los mozos recorren la ciudad entonando los mayos, ronda nocturna de exaltación de la primavera y que expresa una gran cantidad de significados sociales. También son reconocidos sus talleres de forja, que producen exquisitas piezas de artesanía.





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