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Rutas e itinerarios

Ruta del Bajo Aragón

Se llama Bajo Aragón a la comarca que constituye la transición entre los contrafuertes de la Cordillera Ibérica y el Valle de Ebro. Esta parte de la provincia de Teruel comparte esta denominación comarcal con su vecina zaragozana entremezclándose en un mimetismo que sólo se diferencia por la mayor altitud de las tierras turolenses. Esta última es la que hemos elegido como Ruta, teniendo en cuenta que esta comarca conserva una tradición que se repite año tras año en la Semana Santa: sus procesiones y en ellas la exhibición de bombos y tambores. Una continuidad de variados redobles propagados de generación en generación han dado lugar a una manifestación religiosa reconocida internacionalmente.

Alcañiz

Es la cabecera de la comarca turolense del Bajo Aragón. Su bagaje monumental, como su recurso turístico, gira en torno al binomio colegiata y castillo calatravo. La ciudad se encarama al cerro Puy Pinós, al que el río Guadalope rodea en amplio meandro, ofreciendo su protección de foso natural a los restos del que, en su tiempo, fuera poderoso castillo calatravo. Transformada su zona residencial en el «Parador Nacional de la Concordia», conserva perfectamente en su interior el pequeño claustro, la capilla palatina y la torre del Homenaje; exteriormente resulta de interés la puerta abaluartada del recinto murado. Como enfrentada a los paramentos castrenses, se eleva cercana y a distinto nivel la no menos impresionante mole pétrea de la Colegiata, de colosal portada, que la convierte en el monumento más bello de Alcañiz. La plaza de España la forman, en dos de sus alas, la fastuosa Lonja gótica, siglos XV-XVI, y el Ayuntamiento, bella obra del siglo XVI. El conjunto evoca influencias florentinas. La iglesia de Santo Domingo, gótico-renacentista; la iglesia barroca del Carmen; las también barrocas de los Escolapios y del Hospital; el arco-portal de Loreto y muchas casas blasonadas, son una parte de los interesantes edificios entremezclados en el populoso caserío. Son dignos de visitar sus alrededores: La estaca, lago artificial, junto al cual se alza el Monumento al Tambor, símbolo de la Semana Santa del Bajo Aragón; la cuenca del Guadalope aguas arriba o abajo; la sierra de Vizcuerno y multitud de barrancos que conservan, como es el caso de «el Charco de Agua Amarga», restos de pinturas rupestres o de habitats prehistóricos, conforman un amplio abanico de posibilidades para excursionistas y deportistas; hay que destacar entre éstos el «Gran Premio Automovilístico Circuito Guadalope o Ciudad de Alcañiz», que se celebra todos los años en el circuito urbano.

Pañarroya de Tastavins

Desde Alcañiz es posible trasladarse en un breve recorrido a Peñarroya de Tastavins, el Albarracín de la tierra baja por su fisonomía urbana, que frente al viajero recorta suavemente contra la sierra la silueta de sus viviendas. Atravesado el cauce del Tastavins, llaman poderosamente la atención dos edificios enclavados en lugar bucólico y que son el antiguo santuario de la Virgen de la Fuente, Monumento Nacional, de estilo gótico-mudéjar, y la ermita barroca de la misma advocación, forman un conjunto armonioso y de gran valor espiritual y artístico.

Pero como habíamos señalado al principio, la Semana Santa es fundamental en la utilización complementaria de los recursos turísticos de esta comarca, emanada de la tradición religiosa que llega a calar en personas ajenas a estas tierras e impulsarlas, por algo ancestral, a participar de la extraña belleza y misterio que llevan consigo las procesiones de la Ruta del tambor y el bombo. Ello nos permite aludir a las localidades en que los actos revisten mayor esplendor. Alcañiz, Híjar, Alcorisa, Andorra, La Puebla de Híjar, Albalate del Arzobispo, Calanda, Samper de Calanda y Urrea de Gaén, constituyen los núcleos integrantes de la conocida por Semana Santa del Tambor y el Bombo, habiendo instituido una Junta Coordinadora que programa las actuaciones y cuidado del mantenimiento de la más pura tradición. Durante la misma, aparte de las vistosas y severas procesiones, merecen destacarse los actos de Romper la Hora en donde miles de tambores y bombos, en cada localidad, atruenan a los vecinos y visitantes, dignos de mención son los concursos de tambores, las exposiciones fotográficas y los pregones itinerantes. A continuación haremos una breve descripción de los mencionados pueblos en donde se realizan estos festejos populares o costumbristas de carácter religioso que han sido declarados de interés turístico.

Híjar

De privilegiada situación en el eje viario de la comarca, es asiento de los restos del viejo castillo de los duques de Híjar, siglos XIII al XVI. A un nivel más bajo, la iglesia de Santa María la Mayor, siglos XVI al XVIII, la gran plaza porticada y sus arcos pasadizos, la Casa de los Duques, la de los Aras, una capilla-portal, varias ermitas y la coqueta iglesia de San Antonio Abad, gótica de los siglos XV-XVI, hacen sumamente agradable el callejear por las calles de esta villa.

La Puebla de Híjar acerca al viajero hasta Samper de Calanda, hito, como Híjar, en la Ruta del tambor y el bombo. Esta población conserva con mimo la fábrica barroca de su iglesia del Salvador. En el interior del templo se guardó, durante un tiempo, la sillería perteneciente al refectorio del monasterio cisterciense de Rueda.

Andorra

Se ha engrandecido con la cercanía de los campos mineros y la construcción de la central térmica. La gótica ermita del Pilar, siglo XIV, y la iglesia de la Natividad, siglo XVII, son su más importante aporte monumental; la ermita de San Macario ofrece una espléndida vista panorámica.

Calanda

Mantiene en uso, como Ayuntamiento, un hermoso edificio del siglo XVII y dos templos barrocos del siglo XVIII, la iglesia parroquial y la ermita del Pilar. En este término se unen las aguas del Guadalopillo a las de su mayor Guadalope. Este río ha llevado sus aguas a través de los estrechos que separan las sierras de La Garrocha y Bordón, en la embocadura, la presa de Santolea las retiene para embalsamarlas en uno de los lagos artificiales más bellos. Las paredes caen cortadas a pico sobre las azules aguas, reflejando un continuo y variado juego policromo de tonos ocres, grises y verdes.

Aunque no hay estudios históricos relacionados con la Semana Santa y por lo tanto no se pueden dar, con rigor científico, datos sobre el origen y costumbres de estos ritos, es opinión generalizada en Calanda que es antiquísima la relacionada con los Tambores. Actualmente, los actos más relevantes tienen lugar el mediodía del Viernes Santo, exactamente a las 12 horas, en que se inicia el ritual con el acto Romper la Hora. A esa hora, en la Plaza de España, abarrotada de tamborileros con túnica morada, comienzan los redobles. Del silencio más absoluto se pasará en segundos a un sonido ensordecedor cuando todos los tambores y bombos comienzan a sonar. -Se le denomina romper la hora por que la hora quedará sin oírse, solamente se escuchará la primera campanada-. La culminación de los actos tiene lugar a las dos de la tarde del Sábado Santo. Los tamborileros que han permanecido durante 26 horas redoblando y cuando las fuerzas empiezan a fallar se reúnen en la Plaza de España para realizar la despedida. A esa hora las cornetas ordenan silencio, se interpreta la marcha palillera (que es el más bonito toque del tambor) y después de este toque finalizan los redobles.

Al igual que en Calanda, también los otros pueblos citados ven como cada año aumentan los visitantes que vienen a esta comarca del Bajo Aragón para contemplar sus desfiles procesionales que tienen actualmente proyección internacional.