Su nombre viene de la Edad Media, cuando gran parte de este territorio quedó bajo la jurisdicción de los maestres de las órdenes Militares que la habían conquistado. Hoy componen su Parque Cultural cuarenta y dos municipios.

Atractivos más que suficientes para el viajero donde el Sistema Ibérico se escarpa a su paso, asiste al juego del serpenteo del río Guadalupe. Valles y sierras, desfiladeros, pinos y sabinas. Cabras, tejones y jabalíes compiten en belleza con truchas y ágiles aves.

Debemos asistir a la cita con el hombre más antiguo de Aragón, un homínido de hace 25.000 años cuya mandíbula se expone en un museo en Molinos.

Arqueología en Mas de las Matas y pinturas rupestres en Santoles y en Mosqueruela. Arte gótico y barroco, huellas medievales. En Aliaga, Parque Geológico, Paleontológico en Galve, cultural en Molino, escultórico en Hinojosa de Jarque y de Interpretación Ambiental en Villarluengo que, desde la atalaya, parece un pueblecito de postal.

Diez Conjuntos Históricos declarados Bienes de Interés Cultural y unos paisajes de ensueño. Cada rincón tiene algo que mostrar: Miravete de la Sierra con su plaza, su puente y su iglesia; Villarroya de los Pinares con sus casas-palacio y su muralla; o Cantavieja con sus historias de templarios, hospitalarios y carlistas.

La alta montaña se interpone a nuestro paso en la Sierra de Gúdar. A casi 1.700 metros, Valdelinares donde disfrutar del esquí igual que en Javalambre. Así, los valles bañados por manantiales nos descubren el encanto natural y hermoso de la zona.