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Turismo Religioso

Sagrados Corporales de Daroca

Las puertas de Daroca se abren a nuestro paso para mostrarnos una localidad en la que se abrazan diferentes culturas.

Hablan de cómo en el siglo XIII llegó a tener trece iglesias, cinco conventos y una ermita. Muchos de esos monumentos han desaparecido pero los que quedan son excelentes muestras del románico y el gótico, del mudéjar, renacimiento y barroco.

Todo ello sin contar los magníficos edificios civiles, las murallas y el castillo musulmán.

En 1239, Daroca es testigo del milagro de los Corporales y en el siglo XIV, muchos peregrinos se dirigen a la localidad. Por lo visto, durante la conquista de Valencia, las tropas cristianas de la zona se disponían a ganar el castillo de Chío que estaba en poder de los árabes. Antes de la batalla, se celebraba una misa. El capellán acababa de consagrar media docena de Formas pero, antes de que pudiesen tomarlas los capitanes de los tercios, se desencadenó un ataque que obligó a suspender el oficio. El capellán envolvió las Formas en los corporales y las escondió bajos las piedras. Superado el ataque, fue a buscarlas y las encontró cubiertas de sangre y pegadas a los paños. Cada capitán quería que se guardasen en su lugar de procedencia y, aunque la suerte señaló a Daroca tres veces, decidieron cargar la reliquia sobre una mula, dejarla en medio de la nada y dar por bueno el punto donde el animal se detuviese.

Tras muchos pasos, acabó muerta en Daroca. Hoy se encuentra el tesoro en la Colegiata de los Sagrados Corporales y se pueden ver en la calle durante la fiesta de Corpus Christi pues salen en procesión en medio de una lluvia de pétalos de rosa. Es la fe en Aragón.