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Artesanía

Como introducción hay que comenzar señalando que Aragón es una de las pocas comunidades autónomas que dispone de una completa y propia Ley de Artesanía, lo que le ha permitido conservar no pocas actividades en extinción, al tiempo que ha potenciado la actualización de muchas de ellas, aprovechando, en gran parte, el legado artesanal tradicional.

Teruel destaca singularmente por sus manifestaciones artesanas, a tal punto, que fue declarada Provincia Piloto de Artesanía.

En términos amplios, hay que destacar que la artesanía en Aragón está estrechamente relacionada con el mundo mudéjar y todavía hoy prevalecen los gustos y directrices de aquella época. Son centros alfareros importantes: Alhama de Aragón, Ateca, Calanda, Naval, Bandaliés y Sigena. Destacan por sus cerámicas, Capella, Fraga, Magallón, Mora de Rubielos y Muel. Y de estas hablaremos a continuación, pues de entre todas las variantes artesanales, la más viva actualmente en Aragón es, claramente, la cerámica.

Cerámica

Aragón destaca en el ámbito peninsular por dos especialidades mudéjares: las torres y la cerámica. Teruel continúa siendo mudéjar por herencia y apego natural al estilo, también en cerámica. La ciudad fue durante los siglos XIII y XIV, un centro especializado en la elaboración de azulejos, placas, columnitas y escudillas, destinadas a la decoración de las torres. El material empleado es una pasta ferruginosa, muy rojiza, barnizada de blanco, sobre la que destacan los morados puros y los verdes brillantes. La artesanía de la ciudad de Teruel mantiene, entonces, todo su prestigio al haber recuperado las técnicas y el espíritu que motivaron la creación de su cerámica en los siglos XIII y XIV.

La artesanía turolense está reflejada en el magnífico artesanado de su Catedral, del siglo XII. Han persistido a través del tiempo los ceramistas de tanta fama desde la época de los árabes, y en menor escala, el trabajo del hierro. Pero la cerámica turolense, en particular, destaca por su excelente calidad.

Taller escuela Cerámica de Muel

Creado y financiado por la Diputación Provincial de Zaragoza, ha conseguido rescatar la tradición alfarera de la zona y actualizar, sin adulterar la esencia, la extraordinaria cerámica decorada de la pequeña localidad, que se remonta a los azulejos mudéjares y que entró en grave crisis tras la expulsión de los moriscos en 1610. En un principio, los obradores-alfareros de la localidad y su ámbito de influencia trabajaron el barro en una doble orientación que ha llegado casi intacta hasta el presente: la construcción y la decoración de uso doméstico. Al primer apartado corresponderían los azulejos, las tejas de lágrima, las tejas árabes esmaltadas y la esmaltería vidriada. Por otro lado, los trabajos de uso doméstico, como vasijería, piezas de cocina, aguamaniles, jarras, jofainas, etc.

El Taller-Escuela se encuentra junto a la carretera de Valencia, una vez superada la localidad de Muel -a 27 km al SO de Zaragoza y a 19 km al NE de Cariñena por la carretera N-330, en la ribera del río Huerva-. La producción actual sigue las formas y las técnicas habituales, basadas en el uso del estaño para los fondos blancuzcos y de los óxidos de cobre y cobalto -que, una vez fundidos, dan los característicos colores verde y azul, respectivamente- para la decoración de platos, escudillas, jarras, aceiteras, pilas bautismales, azulejos, etc., que son las piezas más solicitadas.

De índole más popular, y asimismo muy antiguas, son las ollerías de María de Huerva y la cantarería de Fuentes de Ebro. De reciente fundación son una cerámica del tipo tradicional en Zuera y una cantarería en Villanueva de Gállego.

Otras Artesanías

Después de la cerámica, la forja de hierro ha sido una de las artesanías con más predicamento en Aragón. Actualmente, sin embargo, ha quedado reducida a algunas fraguas de la provincia de Teruel, donde todavía se hacen esmerados trabajos con antiguas técnicas, especialmente en Rubielos de Mora y Cantavieja. Esta industria en tiempos pasados fue singular, tanto en la zona del Maestrazgo como en la sierra de Albarracín, llegando a crear conjuntos monumentales en las rejas que tanta prestancia dan a las fachadas de casas solariegas. También es posible encontrar artesanía de este tipo en algunos lugares del Pirineo, como Jaca, Hecho, etcétera.

La artesanía del esparto, extendida por todo Aragón, ha sido recuperada en La Cuba, Maestrazgo, donde el Centro de Interpretación de la Artesanía tiene como objetivo recordar a los visitantes lo importante que fue para muchas de las familias de la comarca, el aprovechamiento de sus propios recursos elaborando utensilios artesanos hechos con esparto.

Por último, el tradicional tejido de lino, cáñamo y lana -muy importante en toda la Comunidad aragonesa- ha quedado relegado a un buen telar artesanal en Iglesuela del Cid (Teruel) y al del interesante Museo de Artes Populares del Serrablo (Sabiñánigo) que en su amplia sala dedicada al tejido puede seguirse todo el proceso de elaboración de la lana y el cáñamo y contemplarse una buena colección de prendas tradicionales.