Un museo al aire libre con más de sesenta abrigos naturales pintados que la UNESCO ha declarado Patrimonio Mundial. El Parque Cultural del Río Vero nos transporta al Paleolítico con sus dibujos naturalistas aparecidos en la Cueva de la Fuente del Trucho, y un gran salto hasta las villas romanas que proliferan por los alrededores de Castillazuelo, con yacimientos de las Edades del Bronce y del Hierro y algunos asentamientos ibéricos.
Los pueblecitos montañeses tallados en piedra contrastan con los del Somontano en el que cobra protagonismo la tierra que convive con monumentos como Santa María de La Nuez o el conjunto de Alquézar con su colegiata del siglo XVI, el museo de arte sacro y el castillo, sin duda unos de los lugares más bonitos de Aragón.
No hay que perder la oportunidad de asomarse a Barbastro, a la catedral que presume de retablo de Damián Forment, la casa de los Argensola, el palacio episcopal, la iglesia de San Julián, la de San Francisco y las barrocas de los Escolapios, Capuchinas y Misiones.
Y hacer un hueco para escaparse a Adahuesca y su ermita románica de Treviño, las iglesias de Huerta de Vero, Pozán, Castillazuelo, Colungo, Lecina y Bárcabo, así como la ermita de Dulcis.