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Yebra de Basa  (Comarca de Alto Gállego)

Iglesia, s/n - 22610. - Yebra de Basa (Huesca)




Información de Yebra de Basa

Cabecera del Valle de Basa, en pleno corazón del mismo y en la margen derecha del río que da nombre a la val, cuenta con buenas muestras de arquitectura popular coronadas por emergentes chimeneas troncocónicas y sus espantabrujas. 
Habitantes: 102. 
Altitud: 884 m. 
Superficie: 90,0 Km2

El municipio de Yebra de Basa agrupa las siguientes poblaciones: Fanlillo, Orús, San Julián de Basa y Sobás. El municipio también cuenta con algunos núcleos deshabitados: Cillas, con destacadas muestras de arquitectura popular; Cortillas, con interesantes construcciones tradicionales, iglesia del XVII y, destaca la fuente que fue trasladada a Sabiñánigo; Espín, con bella arquitectura tradicional; y Sasa de Sobrepuerto, con arruinada iglesia románica del XII remodelada en siglos posteriores, casa-fuerte del XVI y destacada arquitectura tradicional.

PATRIMONIO CULTURAL:
Iglesia parroquial de San Lorenzo del siglo XVI, de estilo gótico, donde existen interesantes tablas renacentistas y el relicario de Santa Orosia, un busto de plata repujada del siglo XV. 
Interesante romería de Santa Orosia, celebrada cada 25 de junio, en la que salen los conocidos danzantes con su vistosa indumentaria, momento asimismo para apreciar las mudanzas del dance y escuchar los sones entresacados al chicotén o salterio y al chiflo o flauta. Romería que atraviesa auténticas maravillas naturales, salpicadas por enormes cascadas o por santuarios rupestres en cuya parte final totalmente llana se encuentra la ermita a los pies del monte Oturia, a la que acudían de todos los pueblos de la zona.

De especial belleza es el paseo por la ruta de los santuarios rupestres, rumbo a la ermita de Santa Orosia
Orús, a 6 km, con la iglesia parroquial San Juan de estilo románico jaqués del siglo XII, un Monumento Histórico Artístico.


HISTORIA:
Los historiadores del mundo antiguo suelen relacionar el topónimo de Yebra con las tribus celtas de los eburones que se asentaron por estas tierras durante el primer milenio antes de Cristo. 
Ricardo Mur se ha encargado de estudiar las diversas huellas de posible origen celta contenidas en la tradición orosiana tan vinculada al pueblo de Yebra. Entre esas huellas destaca el culto a la cabeza humana, a las fuentes, montañas y piedras. Dentro de la escasez de noticias referidas a los primeros siglos de nuestra era, sabemos por Domingo Buesa que en la época visigoda, siglos VI y VII, el eremitismo inundaba todo el territorio altoaragonés y encontraba sus más notables espacios en la zona montañosa (Yebra de Basa, Nocito, San Juan de la Peña, etc.) . Dos siglos después de la conquista árabe, el mismo autor nos recuerda cómo la comarca mozárabe del Serrablo había sido reconquistada por los musulmanes –alrededor del año 968- a raíz de la conquista del castillo de Yebra de Basa. 

La Cueva de Yebra es cita obligada al hacer recuento de los refugios donde se oculta el Santo Grial ante el peligro de la invasión islámica. Sería en torno al año 715 cuando el obispo Acisclo de Huesca lo trasladaría a la caverna del monte de Yebra, iniciando aquí su periplo por diferentes lugares sagrados del Pirineo oscense. La primera mención conocida en la que se le aplica a Yebra el título de Villa sería en un acto de concordia entre los vecinos de Cortillas, Cillas y Yebra sobre disputas por los pastos de sus ganados, en el año 1344. Sabemos que tal distinción era otorgada por el poder real a los lugares que se constituían en centros administrativos de un valle y zonas contiguas. 

El incremento demográfico obligará, entre otras cosas, a la ampliación de su templo parroquial que muy probablemente sería una construcción románica. En la visita pastoral de 1499 la antigua iglesia de Yebra contaba con dos altares: el mayor dedicado a San Martín, y el de San Lorenzo. Sobre el templo actual, levantado en la primera mitad del siglo XVI y representativo del Renacimiento aragonés, escribe José Gracés Romeo en su “Guía de Serrablo” que, sin duda es la iglesia de San Lorenzo de Yebra la construcción religiosa más sobresaliente de la comarca. En él destacan, sobre todo, los ocho cuadros del retablo mayor, obra del pintor Esteban Solórzano, discípulo de Damián Forment, así como el busto de plata repujada y policromada de la segunda mitad del siglo XV donde se conserva la reliquia del cráneo de Santa Orosia. 
A partir de 1577 disponemos de una jugosa fuente de datos sobre la vida cotidiana del pueblo, gracias a la minuciosa información que día a día fueron anotando sus laboriosos Retores, Curas y Párrocos de una copiosa documentación parroquial. La imagen que allí se nos presenta es la de una Villa en floreciente desarrollo capaz de dar respuesta a la mayoría de las necesidades de su población y lugares de su entorno. Hoy nos deja sorprendidos comprobar la rica oferta de servicios con que cuenta a lo largo de los siglos XVII y XVIII. Por entonces ejercen en Yebra su actividad los siguientes profesionales: notario, médico, boticario, maestro de primeras letras, veterinario, cirujano, soldados, organista, capellán y ermitaño de Santa Orosia, etc. El estamento clerical está altamente representado, contando en algunos momentos hasta con siete y ocho clérigos, distinguidos con el título de mossen.

Pero ningún acontecimiento ha marcado tan decisivamente la historia de la villa y la vida de sus habitantes como el hecho de desde hace diez siglos guardianes de la Reliquia de Santa Orosia. Un honor compartido con la catedral de Jaca. El Puerto de Yebra, lugar donde la joven Orosia o Eurosia padeció el martirio en el siglo IX, se convierte cada 25 de junio en escenario de una de las romerías más emblemáticas del Alto Aragón. El auge adquirido por el culto a Santa Orosia durante los siglos XVII u XVIII convirtió a Yebra en un importante centro de peregrinación, adonde anualmente acudían varios colectivos de romeros y devotos que por lo general subían en procesión a la Cueva e incluso pernoctaban en ella en actitud de vigilia. Situaciones dramáticas como la epidemia de peste bubónica en la sanmigalada del 1652 que en menos de tres meses provocó en Yebra 32 víctimas mortales, la plaga de langosta en 1687 que arrasa las cosechas o las frecuentes sequías, explican el desamparo de aquellas gentes acosadas que sólo les quedaba el recurso de implorar la protección del cielo. 

Un hecho llama la atención al analizar la procedencia de una parte de los antiguos habitantes del pueblo, tras el nombre de muchos de ellos suele figurar el calificativo de francés o gascón, del Reyno de Francia, de la Valle de Osau, del Principado de Biarne ... Esta emigración francesa, que según los historiadores fue un fenómeno generalizado por todo el Alto Aragón, adquiere en Yebra especial intensidad durante la segunda mitad del siglo XVII. Algunas de las actuales familias del pueblo tienen su origen en este flujo de gentes que vienen del otro lado del Pirineo. Este dato revela el carácter abierto de unos habitantes que integran con facilidad en su comunidad a un buen número de extranjeros que desarrollan su actividad en profesiones como pastores, zapateros, criados, cirujanos, piqueros, escultor, boticario o cedacero. Consideramos de justicia mencionar el nombre de don Jenaro Casa Sesé, uno de los hijos más ilustres con que cuenta la Villa. Nacido en Yebra el 18 de septiembre de 1820, hijo del entonces boticario, sería luego maestro destacado del futuro Premio Nóbel don Santiago Ramón y Cajal. Éste habla de don Jenaro con estas palabras: Todos lo venerábamos y queríamos, porque su celo por la enseñanza era tan grande como su talento y su bondad. Don Jenaro Casa, que ocupó la Cátedra de Clínica Médica en la Facultad de Medicina de Zaragoza fue quien como Decano, le proporcionó a don Santiago Ramón y Cajal en 1875 su primer trabajo en dicha Facultad. 



FIESTAS:
  • Yebra de Basa celebra sus fiestas mayores en honor a San Lorenzo (10 de agosto). Los actos festivos se componen de bailes, juegos infantiles, campeonato de guiñote, concurso de disfraces, etc. Antaño las fiestas se esperaban con ansiedad, y se disfrutaban con gran intensidad durante tres días. 
  • Las fiestas pequeñas se celebran en honor a Santa Orosia (25 de junio) con actos similares a los de San Lorenzo aunque en la actulidad son más animadas. Nueve días antes se reza la Novena, y la víspera se cantan los Gozos.
  • 10 de Agosto, San Lorenzo
  • 13 de septiembre, San Julián en San Julián de Basa
  • 24 de agosto, San Bartolomé en Orús
  • 15 de agosto, la Virgen en Sobás
  • 29 de noviembre, San Saturnino en Fanlillo


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