Teruel  (Comarca de Comunidad de Teruel)

De remotos orígenes, ocultos en la sombra de la prehistoria, de los que quedan pruebas de pinturas rupestres, piedra y cerámica, Teruel fue posteriormente vía romana. En el siglo XII (1171), estando la ciudad en poder de los musulmanes, fue reconquistada por Alfonso II de Aragón, quien trasladó la población desde su primitivo emplazamiento –La Villavieja- hasta el que hoy ocupa. Cinco años después se le concedió su famoso Fuero, uno de los más destacados de la Edad Media, por amplio y liberalísimo, que permitió a la población musulmana convivir pacíficamente con los cristianos y desarrollar sus facultades creadoras en el naciente estilo mudéjar. Durante varios siglos, Teruel fue cabeza de una extensa comunidad, construida por más de 70 aldeas. El período más brillante de su historia corresponde a los siglos XIII y XIV. Época áurea cuando surgen sus modélicas torres, las más bellas construcciones del arte mudéjar. Es en ese mismo entorno medieval cuando debe situarse la bella historia amorosa de Los Amantes, por la que Teruel ha cobrado merecido renombre.

Esta ciudad es, en efecto, famosa por la historia de los Amantes de Teruel. Los sucesos tuvieron lugar en el siglo XIII. Fue la trágica historia de amor de Diego de Marcilla e Isabel de Segura, que inspiró dentro y fuera de sus fronteras, obras literarias y plásticas de gran calidad. En la iglesia de San Pedro, se encuentra la Capilla de los Santos Médicos, donde fueron enterrados los cuerpos de los Amantes, exhumados después de 1555. Hoy les guarda un bellísimo mausoleo, erigido en una capilla adosada a la misma iglesia.

LA LEYENDA. Según arraigada tradición, en los primeros años del siglo XIII conviven en Teruel dos jóvenes: Diego de Marcilla e Isabel de Segura, cuya temprana amistad se convirtió en amor. Al solicitar la mano de la muchacha, Diego es rechazado por carecer de fortuna. Consigue un plazo de cinco años para enriquecerse, pero regresa a Teruel el mismo día en que dicho plazo expira. Isabel ha contraído nupcias con el hermano del poderoso señor de Albarracín. Diego logra entrar en la cámara nupcial y pide a Isabel un beso, que ella le niega. El joven muere de pesar. Al día siguiente se celebran los funerales en la iglesia de San Pedro. Se acerca al féretro una mujer enlutada que se arroja sobre el cadáver de Diego muriendo seguidamente, es Isabel, que ha dado a su amado muerto el beso que le negó en vida.

EL MUDÉJAR TUROLENSE. Los moriscos turolenses destacaron siempre en el arte de la cerámica y en el de la construcción, haciendo de Teruel el foco del mudejarismo más bello de toda la región. Con el transcurrir de los siglos, Teruel no ha perdido el empaque mudéjar y el apego a la gracia del bello estilo hispano-musulmán, hasta el punto de ser su carácter mudéjar un claro definidor del paisaje urbano.

Ha conservado el trazado de sus calles, estrechas y recoletas, en las que el silencio nocturno pone una extraña y agradable nota de antigüedad. Aún hoy, es posible distinguir en su casco urbano las siguientes partes, muy bien definidas, el viejo Teruel, situado en lo alto del cerro. El Arrabal, barrio muy típico, que en otros tiempos estuvo amurallado. El barrio de San Julián, las Cuevas del Siete y el Ensanche, zona moderna de expansión. La inmensa mayoría de los monumentos de Teruel se encuentran en el casco antiguo. La dilatada convivencia en la ciudad de moros y cristianos explica el sabor típico de sus calles y el estilo mudéjar de sus monumentos. Teruel es la ciudad mudéjar por excelencia, por lo que la UNESCO la declaró, en 1986, “Patrimonio de la Humanidad”.

MONUMENTOS DE CARÁCTER RELIGIOSO. La Catedral, Monumento Nacional. El templo fue denominado antiguamente Santa María de la Mediavilla. Se alude a él en el Fuero, en 1342 fue erigida en Colegiata, y en 1587 se elevó a Catedral. Fue centro de la vida de la ciudad, desde su campanario se convocaba el Concejo, el cual se reunía en el pórtico y en el claustro, hoy desaparecido. Posee influencias románicas. Sus arcos entrecruzados y el uso de elementos cerámicos en la airosa construcción de ladrillo, enriquecen esta hermosa obra, cuya Torre, que data de 1257, es la más antigua de la ciudad y una de las primeras obras de estilo mudéjar. Digno de admirar en su interior son la reja que antecede a la portada y sobre todo su artesonado, de estilo gótico-mudéjar, situado sobre la nave central. Esta espléndida techumbre aparece adornada con profusión de pinturas que constituyen un impresionante muestrario de la vida medieval turolense. El retablo del Altar Mayor, es obra del francés Gabril Yoly, fue iniciado en 1526 y está dedicado a la Asunción de Nuestra Señora.

La Iglesia de San Pedro, Monumento Nacional. Anterior al 1196, tiene adosada otra torre-puerta, siendo la menos rica en decoración. El tiempo es de estilo gótico y ladrillo. En una de sus capillas adosadas está ubicado el mausoleo de los Amantes, cuya historia forma parte del nervio afectivo sentimental de Teruel. El mausoleo actual es obra de Juan de Avalos. Las dos estatuas yacentes, de fría serenidad, extienden las manos, que no llegan a juntarse, como símbolo de amor eternamente puro. En el tramo superior de la Escalinata se adosa el retablo de los Amantes, altorrelieve en piedra del escultor Aniceto Marinas.

La Iglesia de San Martín. Su Torre, Monumento Nacional, de estilo mudéjar, de planta cuadrada y con base perforada, aparece exenta, por lo que ofrece una perspectiva incomparable. Fue terminada entre 1315 y 1316 y en ella los artífices medievales transformaron en verdadera filigrana colorista el ladrillo y el azulejo.

La Iglesia del Salvador aparece ya citada como parroquia en 1196. Un incendio la destruyó en el siglo XVII, siendo reconstruida poco después. Su también espléndida Torre, monumento nacional, está considerada como la hermana de San Martín, igualándola en belleza y armonía. Emplazada al fondo de una estrecha calle, abre sobre ella un arco, con bóveda de crucería, que permite pasar bajo ella, constituyendo esta ruta la imagen más característica de Teruel. Estas dos famosas torres gemelas, ejemplares únicos en su estilo, son casi iguales en su estructura y en la riqueza de su ornamento mudéjar. En esta iglesia del Salvador se conserva el curioso Cristo de las Tres Manos, antigua imagen muy venerada en la ciudad.

OTROS MONUMENTOS RELIGIOSOS DIGNOS DE CONOCER. Iglesia de San Francisco, de estilo gótico, fundada hacia 1220, que impresiona por su severa majestad. Iglesia de la Merced, que ostenta también otra muestra del arte del mudéjar del siglo XVI, su torre es de planta cuadrada. Iglesia de San Miguel, citada como tal en 1196, fue sede de la Cofradía de los Caballeros de San Jorge, su fábrica actual es de fines del silgo XVII. La casa del Deán, construida en el primer tercio del siglo XVI según el más puro estilo aragonés. Y Palacio Episcopal, cuya construcción se inició a fines del siglo XVI, y que posee interesante colección pictórica, rico archivo y valiosa biblioteca.

MONUMENTOS CIVILES. La Muralla. En la actualidad se conserva un pequeño lienzo, las torres llamadas Bombardera y de Ambeles, los torreones de San Esteban y Abreu. Los Arcos, airoso acueducto construido por Pierres Vedel desde 1537 a 1558. La fuente del torico, en la céntrica plaza de Carlos Castel. El Viaducto, gran escalera de piedra y ladrillo que salva el desnivel existente entre la ciudad y la estación de RENFE. Realizada en 1921, en la parte superior se decora con una fuente y un gran bajorrelieve y, finalmente, otros edificios modernistas, como son la casa La Madrileña, casa Ferran, las antiguas escuelas del Arrabal, y la iglesia de Villaespesa. La Casa de la Comunidad, merece un párrafo especial. Se trata de un soberbio edificio de piedra, con fachada de sillería rematada por una arquería de quince vanos y sobre ella una airosa logia de columnas dóricas formando, en su conjunto, uno de los más bellos y nobles ejemplos del estilo renacentista aragonés y, sin duda, el mejor de la ciudad de Teruel. Antiguo palacio de la sede de la Comunidad de Teruel, fue construido en la segunda mitad del siglo XVI. En 1974 fue declarado Monumento Histórico Artístico de carácter nacional. Actualmente es sede del Museo Provincial de Teruel. Este museo está destinado, básicamente, a albergar colecciones de etnografía y prehistoria.

EL MUSEO ARQUEOLÓGICO. Fue creado en 1956 por la Diputación Provincial, instalándose en la Casa de la Cultura, edificio moderno, de estilo aragonés, que alberga, además, la biblioteca y el Archivo Histórico Provincial. Posee riquísimas colecciones Arqueológicas y de cerámica turolense.

OTROS DATOS DE INTERÉS TURÍSTICO. Teruel sirve para desplazarse con comodidad hacia las tres carreteras nacionales que han de llevar a recorrer la comarca. La N-234, dirección norte, permite acceder a las tierras del Alto Jiloca y el cercano pantano del Arquillo de San Blas, muy querido por los turolenses y todos aquellos amantes de la naturaleza. Se pueden practicar aquí tanto el remo como la vela. Hacia el sur, la N-330 permite visitar los restos, hoy casi olvidados, de los castillos de Villastar y Villel, con su Santuario de la Fuen­santa y la interesante villa de Libros. Finalmente, des­de la capital, la N-420 asciende aguas arriba el cauce del Alfambra.

ARTESANÍA. La cerámica turolense, en los típicos tonos vede, azul y morado, tiene su máximo valor turístico. Pero destacan también la vieja artesanía del esparto y el cáñamo o la taracea y la talla en hueso del mismo Teruel. Cabe mencionar igualmente, la forja. A destacar finalmente, la teruelita. Es un mineral espático de color negro intenso y se presenta, generalmente, cristalizado en romboides alargados con sus ángulos vértices truncados. El Ayuntamiento, en honor a la bella historia de los Amantes de Teruel, la ha denominado Piedra del Amor y es bajo ese nombre como adquieren los visitantes este atrayente mineral turolense.

GASTRONOMÍA. Los jamones son afamados y poseen Denominación de Origen. La especial climatología contribuye a dar a este producto renombre universal. Son platos típicos: sopas de ajo, migas, ternasco asado, conejo en escabeche, conserva de cerdo, truchas y cangrejos. Y entre los dulces: almohabanas, tortas fritas y guirlachicos.