Tarazona  (Comarca de Tarazona y el Moncayo)

Los romanos la llamaron Turiaso, y de esa época procede el Cinto, zona de estrechas magnitudes situada sobre un rocoso espolón que obligó, ya durante la Edad Media, a la extensión del caserío en todas las direcciones, principalmente al sur, por donde discurre el río Queiles. De ahí que actualmente se hable de la parte Alta del pueblo y de la Baja. El barrio del Cinto, en la parte Alta, está rodeado por murallas y atravesado por estrechas callejuelas, arcos y pasadizos. Entre las calles de la Judería, donde se encuentran las casas colgadas sobre las rocas, la calle del Conde, de la Traición, etc, existen edificios tan notables como la iglesia de la Magdalena, que ya lo era en tiempos de los godos, para pasar luego a la mezquita durante la dominación árabe, y a iglesia parroquial tras la Reconquista. En ella se celebraron Cortes del Reino. El ábside es buena muestra del románico aragonés, pero la torre y las tres naves son mudéjares. El palacio episcopal, fue primeramente fortaleza romana, Zuda árabe luego, y sede episcopal desde el siglo XIV.

Existen otras muchas iglesias, como la de San Atilano, de estilo barroco, la de la Concepción, junto a la muralla alta del Cinto, de estilo gótico-plateresco, la de San Miguel, de portada gótica y torre mudéjar, y el convento ex-carmelita de Santa Te­resa. El palacio municipal, siglo XVI, en la Ciudad Alta, es un notable edificio renacentista de fachada labrada con alegorías mitológicas. Era la antigua casa de contratación, o Almudí, y desde el siglo XVIII es Casa Consistorial. Preside la plaza de España. Cerca de aquí se alzan la iglesia barroca de San Vicente Mártir, y el antiguo Seminario. En la parte Baja se encuentra la catedral, cuyas obras se iniciaron en el año 1152. La torre, el cimborrio y el claustro son mudéjares, y en el interior, gótico. Consta de tres naves, girola y capillas en las que se ubican numerosos sepulcros y retablos. Entre estos destaca el de Los Calvillos. En la iglesia de San Francisco se aprecia también la fusión de estilos gótico y mudéjar. Existen dos conventos de carmelitas, el de San Joaquín y el de Santa Ana, ambos del siglo XVII. A orillas del río Queiles está El Crucifijo, humilladero en forma de templete octogonal de estilo renacentista, construido en ladrillo, y la ermita de Nuestra Señora del Río, mudéjar, del año 1669. Su retablo mayor es churrigueresco. Frente al río se levanta la casa mudéjar de Linares, siglo XVIII. En la Ciudad Baja están también el palacio de Eguaras y la plaza de toros antigua, siglo XVIII, octogonal, y formada por treinta y dos viviendas habitadas desde su construcción. Desde los miradores de la placeta del palacio, y desde el de San Prudencio se contemplan magníficas vistas de la ciudad. Tarazona es el punto de partida de la GR-90 con 183 km de senderos y pequeños recorridos (PR) que unen las localidades del Somontano del Moncayo.

Fiestas: San Antón, en enero. San Miguel el 8 de mayo y 29 de septiembre. Semana Santa, fiesta de Interés Turístico Regional. 28 de agosto, San Agustín. Ro­mería del Quililay, el primer domingo de julio, al santuario de Nuestra Señora del Moncayo. San Atilano, del 27 de agosto al 1 de septiembre, patronales. Las fiestas comienzan cuando el ‘cipotegato’ -personaje burlesco al que la gente lanza tomates y que está declarado Fiesta de Interés Turístico Regional-, sale corriendo de la Casa Consistorial. La tradición viene del siglo XVII y tiene su origen en los antiguos bufones que divertían al monarca, a su corte, y al pueblo. En tiempos de Felipe II, se les conocía como cabeza o cara de gato, por la máscara por la que iban cubiertos. Novena a la Virgen del Río, del 7 al 16 de noviembre, patronales. El día 27 se conmemora el hallazgo de la imagen en el río Queiles, en el año 1667.