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Fiestas de Huesca

Veamos, algunas de las muchas fiestas en la Provincia de Huesca. En primer lugar, hay que recordar que la inaccesibilidad de la geografía altoaragonesa ha permitido la conservación de numerosas tradiciones que en otros lugares ya han desaparecido. Carnavales ancestrales, (Bielsa o San Juan de Plan), representaciones de índole histórica como La Morisma de Aínsa, pastoradas o la propia Mogiganga en el Ribagorza, cantos de albadas y, sobre todo, el dance, muy extendido en toda la provincia, desde Huesca a los Monegros o Sobrarbe y Serrablo. Sin embargo aquí haremos referencia a las dos grandes fiestas patronales: la de Huesca capital y la de Jaca, y en esta última también su famoso desfile de la Victoria.

San Lorenzo

En la ciudad de Huesca, la fecha del 10 de agosto es sinónimo de explosión festiva: recuerda a su patrón San Lorenzo. La población entera rebosa las calles de colores blanco y verde. Allí se junta la tradición laurentina con los últimos espectáculos musicales. Actuaciones para los más pequeños conviven día a día -estas fiestas patronales se prolongan desde el 9 al 15 de agosto- con actos para todos los gustos y edades. Rock, jazz, zarzuela, comedia y salsa, ocupan las horas más avanzadas de la noche, mientras que para los madrugadores el teatro infantil alterna y compite con las actuaciones de los Danzantes, las cabalgatas, ofrenda de frutos y actividades para la tercera edad. Todo ello sin olvidar las vaquillas y, especialmente, la Feria Taurina, considerada por muchos como la mejor de Aragón y a las que los peñistas acuden acompañados de sus respectivas charangas festivas. Es una semana en la que la ciudad se maquilla y enmascara, resultando desconocida hasta para sus habitantes.

Santa Orosia, en Jaca

Por otra parte, las fiestas populares jacetanas, expresión de religiosidad y rememoración activa de épocas y gestas pasadas, forman parte de la cultura de un pueblo que ha sabido conservar sus tradiciones a través de los tiempos y los cambios de costumbre. En Jaca, el día 25 de junio, tras la fiesta de San Juan, se conmemora el antiguo martirio de Santa Orosia, su patrona. Según la tradición, que se remontaría hasta el siglo VIII, la santa -una noble checoslovaca que venía a Jaca después de haberse casado por poderes con don Fortún Garcés, príncipe de Aragón- murió víctima de sus torturadores moros que quisieron obligarle a renunciar a la fe de Jesucristo. A un pastor que encontró el cuerpo de la mártir se le apareció un ángel encomendándole que colocara la cabeza en la localidad de Yebra de Basa y el cuerpo en Jaca.

En la romería de Santa Orosia se congregan cientos de romeros en la iglesia de Yebra y acompañan al relicario que contiene la cabeza de la Santa. A las seis de la mañana se inicia la marcha, precedidos por el abanderado que sujeta un mástil de casi 10 metros con el estandarte de la parroquia. Durante el recorrido se efectúan diversas paradas en lugares que reciben los nombres de escoronillas, arrodillas, Cruz gualda, cuevas, San Cornelio, chorro, San Blas, Santa Bárbara, etc. Al llegar a la fuente que señala el premio concedido por el ángel pastor, los danzantes inician el baile y entrechocan con violencia sus bastones a la vez que componen diversas figuras. Ocho son los danzantes, más el mayoral y el rabadán. Visten calzón corto, blusa y alpargatas.

En la cabeza llevan un sombrero lleno de cintas y flores y un espejo redondo. Pertenecer al grupo de danzantes es un honor que se transmite de padres a hijos entre los naturales de Yebra de Basa.

Mientras los danzantes realizan sus evoluciones, suena insistente el chicotén y el silbo. Los romeros van vestidos con ropones de tela gruesa, grandes sombreros echados sobre la espalda y cayados con cruz de metal. Pero no todo es tradición y devoción en la Jaca festiva. También se realizan en estos días (24-29 de junio), corridas de toros, verbenas, gigantes y cabezudos y un espíritu lúdico y popular cambia el aspecto interno y externo de la ciudad. Una semana en la que Jaca, aupada por la comarca, tiende su hospitalidad al visitante.

Fiesta del Desfile de la Victoria

Otra festividad en Jaca es la que tiene lugar el primer viernes de mayo en conmemoración de la batalla que ganara el conde Aznar contra los moros. Se celebra en el Santuario de Nuestra Señora de la Victoria, cerca de la confluencia de los ríos Gas y Aragón. Según la leyenda, una vez sitiada la ciudad, los jaqueses decidieron salir para tratar de romper el cerco. Sin embargo, fallido el intento quedaron en una situación difícil de la que seguramente no habrían podido salir a no ser por el valor de sus mujeres. éstas se peinaron alto tocado a modo de morrión y vistieron camisas blancas para aparentar ser tropas de refuerzo. Su carga provocó la huida y derrota de los sitiadores. La fiesta del Desfile de la Victoria consiste en una romería muy vistosa en la que, precisamente, desfila un cortejo de mozos vestidos de labradores y artesanos, con mosquetón y sombrero de flores en similitud a las tropas cristianas.

Detrás, el Ayuntamiento con uno de sus miembros, porta el estandarte con el escudo de la ciudad. Después de la misa se hace tremolar la bandera y las tropas disparan al aire. Por último, desfilan los soldados con el propio Don Aznar a la cabeza quien lleva clavadas en sus lanzas cuatro cabezas correspondientes a los cuatro jefes árabes derrotados.