Información de Calatayud
Su nombre, traducción de Qalat Ayub, castillo de Ayub, hace referencia a quien fundó esta ciudad en el siglo VIII, poco después de la conquista de España por los musulmanes. Los materiales celtíbero-romanos descubiertos en las excavaciones arqueológicas de Bílbilis Augusta, a cuatro kilómetros de la ciudad, demuestran que estos pueblos fueron el antecedente de la actual Calatayud, de indudable origen árabe, ya que el emplazamiento de Bílbilis fue abandonado mucho antes de la invasión musulmana. En las ruinas de Bílbilis Augusta se han encontrado restos de cisternas, de un templo y un teatro, termas, y algunas pinturas murales.
La naturaleza castrense de Calatayud puede apreciarse en su castillo, que aún conserva la fábrica musulmana. De él parten larguísimas murallas, con numerosos torreones, que cruzan barrancos y remontan pendientes. Entonces se dotó a la fortaleza con un sistema de riego a base de acequias y azudes, que todavía cumplen su misión. El castillo está situado en la parte alta de la ciudad, donde se encuentran los barrios de la Morería, la Judería y Lo Picado, cuyos nombres hablan claramente del pasado. A partir del año 1120, tras la reconquista de Alfonso I El Batallador, la ciudad se extendió por el llano hasta alcanzar el curso del Jalón. Once años más tarde, el rey le concedió Fuero, que sería posteriormente confirmado por Alfonso VII, quien se apoderó de Calatayud y la hizo depender de Sigüenza en lo eclesiástico. Calatayud ostenta el título de ciudad mudéjar por ser éste el estilo que impera en las calles de su casco antiguo, en cuyo centro se encuentra la Colegiata de Santa María, que aglutina distintas tendencias artísticas. El claustro y su característica torre octogonal son mudéjares, aunque el último cuerpo de ésta es un añadido renacentista. La fachada es plateresca, y el barroco se manifiesta en varias capillas laterales. La torre de San Andrés es de estilo mudéjar, y también octogonal. La iglesia mudéjar de San Pedro de los Francos tiene tres naves, esbeltos pilares y bóvedas de crucería. La fachada y la talla de la tribuna del órgano son góticos, y fueron realizados a finales del siglo XV. En la Colegiata del Santo Sepulcro, del año 1613, cuyo nombre recuerda los tiempos de esta orden militar, predomina el estilo herreriano. Junto a ella se levanta parte del claustro mudéjar. La fachada está flanqueada por dos torres gemelas. La iglesia barroca más suntuosa de la ciudad es la de San Juan el Real, con elevada torre e interesantes pinturas en la cúpula. También es barroco el antiguo Seminario de Nobles, convertido actualmente en hospital. El Santuario de la Virgen de la Peña, conserva también su estructura mudéjar. En su interior hay magníficas yeserías de finales del siglo XV. Otras iglesias importantes son las de San Benito el Real, de estilo barroco, y la neoclásica de Las Salesas. Las Puertas de Terrer y de Zaragoza, aunque reformadas en los siglos XVIII y XIX, recuerdan aún el recinto amurallado de la ciudad baja. La arquitectura civil del Renacimiento queda también patente en varias mansiones, con aleros de madera muy labrada, galerías de ladrillo, portadas semicirculares, etc. Destaca la casona de Sayas, en la calle de Gotor, la de la calle Pujadas de Vezlope, la situada tras el ábside de Santa María, o la ventana gótica de la calle Vicente de la Fuente. La fuente de los ocho caños es una obra de 1598. De época neoclásica con el palacio abacial, hoy Museo de Arte Sacro, y el palacio del barón de Warsage, actual casino. De gran interés son también los alrededores de Calatayud, con magníficas huertas en las que crecen sus famosas manzanas.
Fiestas: Domingo de San Lázaro, primero del mes de abril. San Iñigo Abad de Oña, el 1 de junio, patronales. San Roque y La Virgen, el 15 y 16 de agosto, y Nuestra Señora la Virgen de la Peña, del 7 al 12 de septiembre, patronales.