La capital Jacetana es la primera de las paradas del Camino de Santiago en tierras aragonesas.
El conjunto defensivo de la Ciudadela, levantado entre los siglos XVI y XVIII, es el mejor conservado de sus características en el país y también despierta un gran atractivo turístico. La torreta de Canfranc, la fortaleza de Rapitán o la Casa Consistorial son otros de los puntos de interés en la ciudad y alrededores.
Aguas abajo de Jaca se encuentra el monasterio de San Juan de la Peña, con un emplazamiento único, encajado en una mole rocosa y rodeado de espesos bosques, en un lugar mítico relacionado con las leyendas fundacionales del reino aragonés. A pesar de su espectacularidad, no debió de ser un lugar deseado para la vida monacal: la humedad y las bajas temperaturas hacían estragos en la comunidad, por lo que se acabó construyendo otro monasterio, sobre todo a raíz de un grave incendio. El nuevo edificio se situaba en un lugar próximo pero más abierto, luminoso, ventilado y en terreno llano.
En las proximidades del monasterio se encuentra Santa Cruz de la Serós, un pueblo que alberga alguna de las obras románicas más destacadas de la región. Además de que el caserío resulta muy atractivo, Santa Cruz tiene dos iglesias románicas: la más pequeña y antigua es la de San Caprasio y la mayor, la de Santa María. La torre de esta última podría ser considerada como el campanario románico más bello de Aragón. Otros monumentos religiosos de renombre en la comarca son las iglesias de eSanta María de Iguacel y San Adrián de Sasabe, así como el monasterio de San Pedro de Siresa. Y un atractivo para toda la familia es el que despliega la Cueva de las Guixas, en Villanúa. Se trata de la única cueva pirenaica preparada ya desde hace décadas para recibir visitantes.
Uno de los valles más conocidos toresco y ancestral del Pirineo aragonés, hasta tal punto que ha despertado desde el siglo XIX el interés de escritores, pintores y fotógrafos. Por un lado, el traje ansotano y, por otro, un caserío repleto de arquitectura tradicional. Al lado del valle de Ansó, el de Hecho, que cuenta con bosques extensos. Aquí se encuentra la Selva de Oza, uno de los rincones más salvajes y frondosos del Alto Aragón.
TRADICIONES
La Fiesta del Traje Ansotano, el último domingo de agosto, rememora un pasado nada lejano en el que la vestimenta de este pueblo oscense llamaba la atención por su peculiaridad y su colorido. Complejos tocados que cubrían el peinado de las mujeres de Ansó y Hecho, acompañaban a las mangas abullonadas, las altas gorgueras y los llamativos colgantes.
La capital jacetana conmemora cada Primer Viernes de Mayo la victoria de las huestes del Conde Aznar Galíndez, un noble visigodo que gobernó los valles de Hecho y Canfranc, sobre los invasores árabes. La conmemoración tiene tintes gastronómicos: los jacetanos se desplazan hasta la ermita de la Victoria -emplazamiento donde cuenta la leyenda que tuvo lugar la victoria- y sustituyen las lanzas por un buen almuerzo compuesto de migas, chorizo, costillas y vino de la tierra.
Una tradición más reciente es la que acompaña a la celebración del Festival Folclórico de los Pirineos, que tiene lugar todos los años impares, durante el verano, en Jaca. La idea originaria consistía en una muestra cultural multirracial que ha evolucionado hasta convertirse en una reunión sin límites: una semana completa de música, baile, intercambios culturales y diversas actuaciones.