Basílica colegial desde 1377 y por ello se le conoce con el
nombre de la colegial de Santa María, o de Nuestra Señora de los
Corporales. Su primitiva fábrica fue románica, pero se amplió y remodeló en
repetidas ocasiones durante la época gótica, rehaciéndose casi por completo, a
la vez que se cambiaba la orientación de su cabecera a fines del siglo XVI.
La iglesia actual se hizo entre 1585 y 1592, según trazas renacentistas, pero
con tradición gótica. La puerta principal es una obra de 1603. Es una iglesia
de tipo de salón, de tres naves con capillas entre los contrafuertes y cabecera
con coro; igualmente se hizo un baldaquino a imitación del que se halla en el
Vaticano.
El coro y órgano
pertenecen a la antigua iglesia y son obra del siglo XV. Este órgano está
considerado como de los mejores de España.
Del edificio románico -posiblemente construido sobre la Mezquita Mayor de
Daroca una vez reconquistada la ciudad por Alfonso I en 1120- sólo se conserva
el ábside orientado hacia el este, una ventana del crucero y la moldura con
ajedrezado del primitivo lado del Evangelio. Su cabecera corresponde con la
actual capilla de los Corporales; opuesta a ella, la puerta principal, del
Perdón. Es obra de los últimos años del siglo XII y de los primeros del XIII.
La puerta del Perdón presenta en su tímpano la visión del Apocalipsis: Cristo
triunfante entre el sol y la luna, y ángeles que portan los instrumentos de la
Pasión; es adorado por la Virgen y San Juan, que interceden por los hombres,
los cuales son despertados de sus tumbas por ángeles trompeteros.
CAPILLAS
En el interior de la iglesia, comenzando a la mano derecha de la entrada, se
suceden distintas capillas. La primera, la capilla del Patrocinio, está
cubierta con bóveda estrellada, acogiendo un retablo con mazonería renacentista
en cuyo interior destacan grupos escultóricos policromados con figuras y
relieves en alabastro, representando el Nacimiento de Jesús, la Coronación de
la Virgen y la Adoración de los Reyes entre otros, todo obra del s. XV. A ambos
lados se encuentran la sepultura en alabastro de una canonesa de Rueda, obra de
finales del s. XV, y el sepulcro bajo arcosolio de un caballero yacente en
sarcófago de rasgos renacentistas y ángeles góticos. La capilla se cierra con
una verja del s. XVI.
Sigue la capilla de la Anunciación, el retablo es obra de Juan Miguel de
Orliens, concluído el 31 de octubre de 1609 dentro de un estilo romanista. En
los muros laterales aparecen pinturas relativas a Melquisedec y Moisés. En las
cuatro trompas aveneradas de la capilla se representa a los cuatro Evangelistas
en altorrelieve, obra también de Orliens. En el pavimento está la lauda
sepulcral de bronce perteneciente al arzobispo Terrer de Valenzuela. La verja
que cierra la capilla, de bronce dorado con las armas de los Terrer.
La tercera, la capilla de los Corporales, es la antigua cabecera de la iglesia
románica. Es una afortunada construcción de tipo franco-flamenco.
Toda la capilla forma parte de un conjunto unitario con decoración
gótico-flamígera, siguiendo el concepto de capilla-relicario, donde se
custodian los Corporales. Parece que se empezó por encargo de Juan II de Aragón
y se terminó con el Rey Católico. A
finales del siglo XVII se abrió el óculo que sirve de ostensorio y se pintaron
las figuras con ribetes y lunares dorados. Llaman la atención los relieves que
narran la historia del milagro de los Corporales, con un hábil y gracioso
trabajo lleno de detalles documentales de la época.
Acto seguido nos aparece la capilla de Santa Ana, resto del edificio medieval y
lugar por donde se entra a la sacristía. Son de interés las cinco laudas
sepulcrales que aparecen en el pavimento.
Linda con ésta la capilla de Santo Tomás, edificada en la reforma del siglo XVI
y entregada al canónigo Salvador Bádenas. El altar principal es del siglo
XVIII. A ambos lados, los retablos de San Juan Evangelista y de San Joaquín y
Santa Ana, obras platerescas del s. XVI.
La siguiente capilla, hoy dedicada a San Miguel, en un principio fue llamada de
Nuestra Señora la Coronada, pues tuvo el retablo y la imagen de la Virgen Goda,
trasladada allí en el s. XVII cuando se hizo la capilla de los Terrer. Esta
Virgen, obra del s. XIII, se expone en el Museo de la Colegial. Actualmente la
capilla la ocupa el retablo de San Miguel procedente de la iglesia del mismo
nombre, obra gótica de estilo sienes realizado a fines del siglo XIV. A ambos
lados contemplamos el retablo de la Magdalena (siglo XVII) y el lienzo de San
Jerónimo en el desierto (siglo XVI).
Dejando a la derecha la entrada al Museo, penetramos en la capilla de la
Purísima. Su interior acoge un retablo del s. XVII. El muro se abre
lateralmente comunicando con el coro, situado en el centro de la cabecera del
templo, en el que destaca la sillería capitular de madera, perteneciente al
templo gótico.
Frente al coro se encuentra el Altar Mayor, de estilo barroco, inspirado en el
baldaquino de San Pedro de Roma. Se compone de cuatro columnas salomónicas de
mármol negro, colocadas en 1677, sobre las que descansa un entablamento con las
imágenes de los cuatro Doctores de la Iglesia, rematado en cúpula calada con
linterna similar y armas de la Colegial y del obispo Terrer, mecenas de la
obra. El interior se completa con el grupo escultórico de la Asunción, tallado
en madera.