Campo de Belchite

Esta comarca se sitúa entre los límites de las provincias de Zaragoza y Teruel. En su paisaje se manifiesta con intensidad la dureza esteparia. Sus suelos son llanos y secos, por la escasez de lluvias. Las llanuras esteparias se concentran sobre todo entre Belchite y Codo. Aunque la capital zaragozana queda cerca, el paisaje hace pensar en una distancia más larga y ofrece un entorno diferente.

La comarca tiene quince municipios, la mayor parte de ellos escasamente poblados, con una economía basada en el cultivo de cereal. La industria se concentra en Belchite, capital comarcal. Tiene dos pueblos o dos almas: el Viejo, que fue destruido durante la Guerra Civil, en una encarnizada batalla en 1937, y el nuevo, ya que el primero no se reconstruyó. En el Pueblo Viejo las ruinas de las viviendas ya no permiten que sean reconocibles. Se han visto reducidas a montones de escombros. Pero algunas de las ruinas todavía mantienen su grandeza: las del Seminario menor, apartado del núcleo, al borde de la carretera que va hacia Lécera, y las de los conventos de San Agustín y San Rafael. También, los restos de la iglesia parroquial, dedicada a San Martín, un templo mudéjar. Cerca y del mismo estilo arquitectónico, la torre del Reloj. Es sin duda un escenario evocador que el cine ha sabido aprovechar. Hasta aquí se desplazó, por ejemplo, Terry Gillian para rodar escenas de “Las aventuras del Barón de Münchaussen”. Muy cerca de Belchite, entre esta localidad y Almonacid de la Cuba, el río Aguasvivas se encajona en un desfiladero para caer después en una pequeña cascada y depositarse el agua en el pozo de los Chorros, un espacio chocante, además de por su belleza, por el entorno estepario que lo rodea.

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Cerca de Belchite, tras sobrepasar Almonacid de la Cuba, se encuentra Azuara, una villa a orillas del río Cámaras, que tiene tres interesantes templos en su haber. El primero, una ermita considerada como una de las más castizas dentro del mudéjar aragones: la ermita de San José. El segundo, la iglesia, mudéjar, y según la creencia popular levantada sobre los restos de un palacio de Jaime I El Conquistador. El tercero es otra ermita: San Nicolás, al otro lado del río, con una bella portada. En las proximidades de Azuara, se encuentra el yacimiento de La Malena que es uno de los dos yacimientos bajoimperiales más importantes de Aragón. Apareció a unos dos kilómetros de la población, en la llanura del río Cámaras. Ocupa unos 5.000 m de planta noble, con termas y habitaciones con calefacción. De los mosaicos encontrados en él, destacan “Las bodas de Cadmo y Harmonía”.
Otros lugares de interés de la comarca son la presa romana de Almonacid de la Cuba y la Hoya de Almochuel. Ésta se sitúa a escasa distancia del caserío, siguiendo el camino asfaltado hasta el cementerio y simula un oasis en medio de una zona esteparia.

De Fuendetodos sobresalen las canteras de piedra que abastecieron a muchas construcciones de la zona y que tienen una historia singular. La piedra de Fuendetodos, conocida como “caracoleña”, recibe este nombre porque en ella se aprecian restos fósiles de “caracolas”. Por su textura, tonalidad y vistosidad ha sido utilizada desde la época romana. Otro pueblo con particularidades es Moyuela, que es otro de los municipios aragoneses con casas cueva y bodegas excavadas en la roca. En un cabezo muy próximo de pequeña altura, las gentes más humildes que no podían permitirse construir una casa, excavaban la suya. Por su parte, las cuevas bodega garantizaban unas condiciones de temperatura y humedad estables para que el vino conservara todas sus cualidades. Excavadas en los cerros colindantes al pueblo, a veces se mezclaban con las casas cueva.

En cuanto a descendientes ilustres, La Puebla de Albortón tiene el suyo: José Gervasio Artigas, fundador de Uruguay y que tiene un monumento en el pueblo copia de otro que se encuentra en Montevideo. Mientras que Samper de Salz nos legó un pintor: Antonio Fortún, una de las figuras más importantes de la vanguardia aragonesa de la segunda mitad del siglo XX.