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Ayuntamiento Monzón




Información de Ayuntamiento Monzón

Monzón, capital del Cinca Medio, se encuentra ubicado en la provincia de Huesca.

Monzón, en el entorno de los 17.500 habitantes y con un término municipal de 155 kilómetros cuadrados. 

Riegan los campos las aguas del Cinca y el Sosa (alimento de numerosas acequias), abundan las explotaciones agroganaderas, y la tradición industrial, con fuerte peso de la actividad química, data de mediados del siglo pasado, cuando se instaló Hidro Nitro Española (HINE), que en la actualidad fabrica ferroaleaciones.

Monzón presenta hoy la imagen de una ciudad moderna en la que el sector de los servicios cobra cada día mayor pujanza. 

En el plano deportivo, el listado de instalaciones impresiona: pabellón Los Olímpicos, piscina climatizada, rocódromo, pabellón Joaquín Saludas, complejo tenístico “Conchita Martínez”, pistas de atletismo, campo de fútbol “Isidro Calderón”, campo de césped artificial “Antonio Alcubierre”, parque acuático… Y cabe sumar la excelente oferta privada de Airon Club.

Desde la perspectiva histórica, Monzón ocupa un lugar de privilegio en los anales por haber sido cabecera de una importante encomienda de la Orden del Temple y sede en numerosas ocasiones de las Cortes de la Corona de Aragón, entre los siglos XIII al XVII. La catedral de Santa María del Romeral de planta románica y el castillo con orígenes en el siglo IX (Torre del Homenaje), ambos con vitola de monumento histórico-cultural de interés nacional, acogieron a reyes y nobles. El niño-rey Jaime I pasó parte de su adolescencia en la fortaleza tras la muerte de su padre Pedro II en la batalla de Muret (1213), bajo la tutela de los templarios. Centinela del paso entre los valles del Segre y el Cinca, el castillo montisonense siempre fue un bastió muy disputado.

Historia

Monumento histórico-artístico nacional. Fortaleza emblemática de Monzón y el Cinca Medio, y aun de Aragón por su proyección en la historia de la Corona. De origen árabe (siglo X), el castillo perdió la bandera de la media luna en 1089 al conquistar Sancho Ramírez el lugar. Los templarios se instalaron en 1143 como consecuencia del testamento de Alfonso I el Batallador.

El Temple agregó murallas, torres, caballerizas, refectorio y dormitorios. Francisco Castillón Cortada.- << La gran mole arquitectónica descansa sobre roca terciaria. Al parecer, aquí estuvo la ceca ibérica Mansha y, según muchos autores, la Tolous del Itinerario de Antonino. En la época musulmana fue una fortaleza muy conflictiva. Por sorpresa o traición, la reconquistaron Sancho Ramírez y su hijo, el infante-rey Pedro I (1089), e hicieron de ella la cabecera del reino de Monzón, capilla real de San Juan, palacio y ceca con moneda propia. El Cid pasó por esta fortaleza pactando con sus valíes. En 1143 pasó a manos de los templarios, quienes transformaron la fortaleza en convento, con edificios de estilo militar cisterciense, la capilla, el refectorio y su cisterna, los dormitorios, las cárceles de la Encomienda; la torre árabe, a modo de opus spicatum (siglo X) fue habilitada como mansión del comendador. El Castillo llegó a ser cabecera de una amplia encomienda con 28 poblaciones del Valle del Cinca y Litera. Jaime I fue aquí educado por los templarios (agosto de 1214 a junio de 1217). Tras la caída del Temple, se apagó paulatinamente con la posesión sanjuanista y diversos señores, sufrió violentos cercos durante las guerras de 1642, Sucesión e Independencia. Sucesivas remodelaciones le dieron el aspecto actual. Fue cuartel de artillería hasta 1892. >>

Sala Capitular

Es el edificio que produce mayor impresión de tosquedad. Todo parece indicar que se levantó sobre los cimientos de una construcción anterior. Albergada en el grosor del muro, bajo una gran hornacina que forma una corta bóveda de cañón, se abre la boca del pozo que da al aljibe; dos canales en el interior del edificio bajan desde el techo a través del muro, recogiendo así el agua de la lluvia. Obra de carácter cisterciense. Líneas arquitectónicas simples y ausencia de esculturas y pinturas. Unida a la Torre del Homenaje mediante arco de medio punto de ladrillo (canal para alimentar el aljibe). Se puede fechar en los siglos XII-XIII. En el XVI fue modificada para ser utilizada como cuartel (se abrieron huecos para ventanas). Está completamente restaurada y acoge actos culturales.

Torre del Homenaje

Probablemente construida entre los siglos IX-X, está edificada en mampostería dispuesta al modo opus spicatum, encadenada en sillar. La torre fue el último refugio de los defensores de la fortaleza. La puerta original se encuentra en alto. En la restauración llevada a cabo en la segunda mitad de la década de los noventa se reconstruyeron las dos ventanas de ajimez de los lados SO y NE. La torre alberga una colección de reproducciones de láminas antiguas del castillo y de diferentes piezas recogidas en las sucesivas excavaciones.

Edificio de planta cuadrada de 10 metros de lado. La mayoría de los autores señalan su origen musulmán (siglos IX-X) por la existencia de grabados antiguos en la ventana ajimezada (dos arcos de herradura apuntada) y el tipo de aparejo en espina de pez. En la comarca encontraos otros ejemplos de esta técnica constructiva en edificios cristianos: castillo de Carboneras, ábsides de la ermita de la Magdalena de Cofita, ábsides del templo de Santa María del Romeral de Monzón…

 Dormitorios

Este sobrio edificio fue construido por la Orden del Temple (siglo XII). Servía de alojamiento a los monjes militares. Consta de dos plantas y sótano, del cual parte un subterráneo que, según la tradición, tenía su salida en el río CInca.(

 Módulo de los Dormitorios, Torre de las Dependencias o Dependencias Templarias. Construido sobre basamentos anteriores. En la fachada norte hay tres puertas y dos ventanas, todas de arco semicircular con dovelas. En el interior se conservan abundantes grafitos góticos en las paredes.

Torre de Jaime I

Torre llamada de Jaime I por ser la que, según la tradición, albergó al príncipe Jaime durante su estancia en el castillo con los caballeros templarios. De planta trapezoidal, este edificio construido en el siglo XII por los Templarios sirvió de cárcel durante su dominación (1143-1308). Posee dos plantas y una terraza. A la planta baja se accede por el cuerpo de guardia adosado al edificio en la última remodelación militar.

Templo – Iglesia de San Nicolás

Edificio orientado de Este a Oeste, su ábside proyectado hacia el acantilado hace función de torreón. Construido en el siglo XII por los Templarios, presenta gran cantidad de elementos románicos a la par que alguna influencia gótica. La cabecera, hacia el interior, es románica, semicircular y cubierta con cuarto de esfera. En el centro del ábside se abre una gran trampa en el suelo por donde desciende un subterráneo abierto a golpe de pico a través de la roca, el cual tenía tres salidas. Al exterior, el ábside es poligonal en semihexágono. Resulta importante mencionar su puerta lateral sur con dovelas de temática goda y su puerta principal que alberga un sencillo crismón en una de las molduras que estuvo decorada con tema de ovas.

Caballerizas

Espacio excavado en la roca natural (tras la segunda puerta del castillo). La denominación actual obedece a la última utilización como alojamiento de caballerías durante la permanencia de las distintas guarniciones militares, si bien a lo largo de la historia ha tenido distintos usos: almacén de armas, calabozo, refugio en la Guerra Civil española (1936-39).

El casco antiguo acordona el castillo de este a oeste. El “muro”, sigue los pasos de la desaparecida muralla medieval, y el cauce del Sosa hace de barrera natural. La ciudad saltó a la otra orilla y creció hasta el “tope” de la vía férrea Zaragoza-Lérida. El barrio más peculiar es “El Palomar”, al norte, al otro lado de los raíles, fruto del desarrollismo de mediados del siglo XX. A Monzón llegaron para trabajar en las fábricas de Hidro Nitro y Monsanto gentes de los más diversos puntos de España, y también de la montaña altoaragonesa, y la carestía de viviendas desató un “boom” urbanístico, a la postre marcado más por el caos que por la norma.

Lo sucedido el siglo pasado no es más que otro capítulo de la historia de una ciudad definida como “encrucijada de caminos” y “terreno de aluvión”. Monzón dio casa a pobladores y repobladores, a guerreros y campesinos, a cristianos y judíos, a comerciantes y viajeros, a hombres y mujeres de la península ateridos por la miseria de la posguerra... En suma, es un crisol de sangres, y esta condición forma parte de su propia personalidad, de su devenir social.

El Bautizo del Alcalde

A la tradición montisonense más singular se la conoce como “El Bautizo del Alcalde”. Se reedita cada año el 4 de diciembre, festividad de Santa Bárbara, patrona de la ciudad, y consiste en el lanzamiento de castañas y golosinas desde los balcones del Ayuntamiento a la muchedumbre congregada en la plaza Mayor. Hasta bien adelantado el siglo XX también caía alguna peseta. Los encargados de lanzar los regalos son los concejales, las zagalas, zagaletas y zagaletes y algunos invitados.

El 4 de diciembre de 1643, las tropas castellanas reconquistaron el castillo que estaba en poder del ejército francés desde el 19 de mayo de 1642 (Guerra de Secesión), y por este motivo Santa Bárbara es patrona de la ciudad. Hasta aquí, la historia. A renglón seguido, la leyenda cuenta que la población decidió nombrar alcalde y la mayoría señaló a un hombre recto, cabal... y mozárabe. La confesión religiosa del electo se erigía en “fuerte inconveniente”, y el conflicto se solucionó cuando aceptó la conversión al cristianismo. Fue bautizado y la ciudad estalló en una fiesta, y desde los balcones del Ayuntamiento cayeron castañas y dulces... Y así hasta hoy.

Romería a la ermita de la Virgen de la Alegría

El Lunes de Pascua es día grande en Monzón. El cerro de Lascellas, a dos kilómetros de la ciudad bajando por la carretera que lleva a Pueyo de Santa Cruz, está coronado por la ermita de la Virgen de la Alegría, y aquí confluyen miles de romeros en una jornada en la que se dan la mano sentimientos religiosos y ánimos de diversión. Antaño, los romeros caminaban u ocupaban plaza en carros engalanados. Luego, los tractores relevaron a las caballerías; y en la actualidad, los automóviles han desplazado a cualquier otro medio de locomoción. Así, la romería es matinal para la mayor parte de la población y vespertina para los enfermos y quienes no desean el bullicio de las charangas y las botas de vino. En la capilla se celebran tres misas (a las nueve, a las doce y a las seis de la tarde), y la tradición impone pasar por el camarín de la Virgen para besar su manto. Fuera, los peñistas reparten roscón de Monzón y vino, un grupo folklórico canta y baila y los montisonenses de la diáspora no paran de saludar a viejos amigos. Cualquiera con orígenes en el lugar, a nada que puede, hace hueco para estar el Lunes de Pascua en Monzón y subir a la ermita.

San Mateo, fiesta mayor

Las fiestas mayores de San Mateo tienen su origen en la feria de caballerías, ganado y productos del campo que se celebraba el 21 septiembre, día en el que baja el telón el verano. Hoy, los festejos se rigen por los cánones comunes a muchas ciudades de mediana entidad: peñas, “chamizos”, charangas, parque de atracciones, verbenas, conciertos, bailes de madrugada, folklore, revista musical, homenaje a los mayores, ofrenda al patrón, fuegos de artificio, “pobre de mí” y cierre. Desde el inicio de la década de los ochenta (ya consolidada la democracia y fraguado el movimiento asociacionista de los ciudadanos), el programa del Patronato Municipal de Festejos lleva el marchamo de “sin taquillas”, es decir, verbenas y conciertos gratuitos. Las peñas más potentes se agrupan en el colectivo “Monzón qué demasiao” que organiza los Bailes de Madrugada. Por su parte, la Asociación Recreativa y Cultural “San Mateo” (350 socios) dispone de programa de verbenas propio. El sábado anterior a la semana festiva, en la plaza Mayor son coronadas las zagalas y zagaletas y zagaletes (representantes de los barrios y los colegios) y se lee el pregón oficial, y el día de la víspera (martes) el Desfile de Carrozas recorre las principales arterias de la ciudad.

Santa Bárbara, la “fiesta pequeña”

El calendario religioso dedica el 4 de diciembre a Santa Bárbara, patrona de Monzón. La fiesta, sin embargo, pasa hoy desapercibida a efectos laborales y de programación de verbenas porque estos aspectos son monopolio de San Mateo. Así, los nuevos tiempos han configurado un guión vespertino que aglutina tres actos bien dispares: el Bautizo del Alcalde, el encendido oficial de la luminaria navideña y la inauguración del Belén Monumental de Monzón y el Cinca Medio de la Asociación Belenista “Isaac Lumbierres”. A las nueve de la noche, Monzón despide a Santa Bárbara con fuegos artificiales.

Características

Capacidad y precio

Actividades

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