El centro de interpretación de La Minería de Santa Bárbara (Aliaga), inaugurado el 4 de diciembre de 1999 es consecuencia de la iniciativa de la Asociación Cultural y Recreativa Santa Bárbara. El objetivo del centro es el de proporcionar una visión del pasado minero de Aliaga especialmente en su relación con la Central Térmica, así como el efecto sobre la zona y la construcción de los poblados mineros.
La antigüedad de la ocupación humana de la zona de Aliaga está atestiguada a través de numerosos yacimientos arqueológicos. Su nombre actual, de claro origen islámico, pervive tras la reconquista cristiana que se completará con la repoblación a lo largo del siglo XII, acabando en manos de los caballeros sanjuanistas bajo cuyo dominio seguirá hasta la Desamortización del siglo XIX.
Tradicionalmente Aliaga ha sido eminentemente agrícola y ganadera, hasta que, una vez acabada la guerra civil, un nuevo suceso hace resurgir económicamente la comarca, consiguiendo una corta pero gran prosperidad, nunca conocida anteriormente, con la explotación de las minas.
LA MINERÍA EN ALIAGA
El carbón de la cuenca de Aliaga se había extraído desde antiguo en pequeñas explotaciones familiares. En la década de los '30 éstas se reúnen para constituir "Minas e Industrias de Aliaga, S.A.". En los '40 el “Coto Minero de Aliaga”, con una extensión de 42 Has, daba trabajo a obreros de la comarca durante 3 meses al año, representando un fuerte estímulo económico para la zona, en ese momento básicamente agrícola. Con la llegada de Eléctricas Reunidas de Zaragoza y la instalación de la Central Térmica de carbón, la minería vive su periodo de mayor desarrollo durante la década de los '50.
En las minas disponían de instalaciones y equipamientos para hacer frente a cualquier eventualidad.
Todas las concesiones mineras existentes en la zona pertenecían a la empresa Minas e Industrias de Aliaga, S.A., filial de Eléctricas Reunidas de Zaragoza, S.A.
Estaban repartidas por amplias zonas del término de Aliaga, así como por Campos y Cobatillas.
Tres fueron las explotaciones principales: Hoya Marina, Las Eras y Campos.
El carbón era de buena calidad, aunque aparecía en capas delgadas y presentaba un contenido bastante elevado de azufre.
Las minas eran excavadas a base de galerías en diferentes plantas, desde las que se atacaban las vetas de carbón en planos inclinados. Las capas presentaban grandes dificultades para ser explotadas, por su elevada pendiente debida al plegamiento y por las frecuentes fallas que las desplazan.
El transporte interior del carbón en las galerías, se efectuaba con vagones arrastrados a mano por los mineros. Cuando estos vagones debían ser subidos a otra planta o sacados al exterior se utilizaban cabrestantes y "skips" motorizados.
En las minas se trabajaba con sistema de turnos, de un máximo de 30 hombres cada uno, en unas condiciones ambientales de entre 9 y 19ºC. Para alumbrarse, los mineros utilizaban candiles de carburo de calcio.
Según establecían las normas de seguridad, los mineros iban protegidos con máscaras y cascos.
El sistema de ventilación se resolvía con un complejo circuito, que aprovechaba las galerías para comunicarlas con pozos de ventilación natural. Este sistema se apoyaba, en caso necesario, con una fuente de aire forzada, capaz de enviar 15 m3 de aire por segundo, lo que aseguraba un buen funcionamiento en cualquier situación.
