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Arte Románico

Arte Románico; Sobrarbe y Ribagorza

Maestros arquitectos procedentes de Lombardía eligieron los paisajes de ensueño del Pirineo oriental como marco para sus creaciones en piedra. Poco a a poco se fue extendiendo por todo el Reino de Aragón.

Cerca de Graus, entre montañas del Valle de Isábena, a mediados del siglo IX, se funda el Monasterio de Obarra que se convierte en importante centro espiritual. Hoy lucha por mantenerse en pie junto a la iglesia de Santa María, del más puro estilo lombardo.

A pocos metros, la ermita de San Pablo, del siglo XII y, con un alto en el camino antes de llegar a Obarra, la Catedral de Roda de Isábena, levantada en la antiquísima sede del obispado de Ribagorza.

En el corazón del Sobrarbe, emerge la vieja villa medieval de Aínsa dispuesta a mostrar sus encantos, como el castillo amurallado y sus leyendas o sus calles empedradas. Y en la misma zona, la iglesia de Luzás en Tolva, o la de San Martín en Capella no debemos olvidar que son pilares del arte románico.